ASOCIACIÓN CULTURAL
INFANTE DON JUAN MANUEL

Nº A.C. 1361.
16640 - BELMONTE (Cuenca)
E-mail: [email protected]



BOLETÍN Nº4 DE LA ASOCIACIÓN INFANTE DON JUAN MANUEL
DICIEMBRE 1997

NUESTRO RECONOCIMIENTO Y GRATITUD A
D. VICENTE GONZÁLEZ PARRILLA,
POR SU LABOR Y DESVELOS DURANTE TANTOS AÑOS
COMO ALCALDE DE BELMONTE.
QUE EL TIEMPO, LA HISTORIA Y SUS PAISANOS LO
PONGAMOS EN LA PÁGINA QUE SE MERECE.
A LA VEZ QUE EXPRESAMOS NUESTRO MÁS SENTIDO
PÉSAME A SU ESPOSA, HIJOS Y DEMÁS FAMILIA



EDITORIAL
¿LA DESIDIA HABITA EL CASTILLO?

¿La desidia habita el Castillo?
He de reconocer que cuando escuché‚ la pregunta me quedé profundamente sorprendido y sin saber cómo reaccionar.
Era una gris y húmeda tarde de noviembre, cercano el anochecer, y me encontraba haciendo una visita al Castillo, de las que frecuentemente suelo hacer los fines de semana que vengo al pueblo. Junto a mí pasó una pareja de turistas y cada uno en el interior siguió su camino. Poco tiempo después, junto a la puerta de entrada de la habitación del Marqués escuché‚ tan sorprendente pregunta. A unos pasos de mí, fuera de la mencionada habitación, se encontraba el hombre de la pareja que pasó al Castillo a mi lado. Supuse que la pregunta no iba dirigida a mí, puesto que no podía adivinar que yo era de Belmonte, más bien, creo que expresaba en voz alta las sensaciones que le producía lo que allí veía (ya que estaba solo en esos momentos). Sea como fuere me hizo sentir mal, y me callé‚ de pura vergüenza, siguiendo mi recorrido.
La pregunta me hizo reflexionar al mismo tiempo que observaba cada rincón de "nuestro" monumento más emblemático. Todos los belmonteños somos conscientes de que El Castillo no se encuentra en buenas condiciones, pero la pregunta me hizo analizar con más profundidad todo aquello que veía.
Efectivamente hay cosas que se nos escapan de las manos, tanto a instituciones (municipales) como a los propios vecinos, como por ejemplo la situación general de los artesonados y su apuntalamiento (gracias a él aún están en pie). Pero, otras sí.
El Castillo supone el principal reclamo (que no el único) para atraer al turista. Anualmente es visitado por muchos miles de personas, lo cual indica que el Turismo puede resultar para Belmonte una de las principales fuentes de ingresos y desarrollo.
¿Qué podemos hacer para cuidar y mimar tan privilegiada situación?. Desde mi punto de vista son urgentes las siguientes actuaciones a corto plazo: En definitiva, evitar que la Desidia campe a sus anchas por el Castillo.
Seguramente hay más actuaciones urgentes en las que no he reparado, y otros ojos sí que las estén viendo. Por ello, teniendo en cuenta la responsabilidad que todos nosotros poseemos en este asunto, sería muy importante hacerlas llegar a nosotros o a las instituciones oficiales para poder estudiar sus posibilidades.
Posteriormente, instituciones, vecinos, asociaciones y todos los colectivos que forman esta comunidad, debemos embarcarnos en una aventura mucho más ambiciosa: Luchar por recuperarlo completamente.
Eso supone estudiar la forma de desprivatizarlo (al parecer se está haciendo), analizar las posibles vías de involucrar a todas las Administraciones Públicas en su restauración y por último crear un plan general de actuación turística que abarque a todo El Pueblo.
Estas actuaciones necesitan del soporte y la inversión municipal desde el Ayuntamiento, pero no nos engañemos, el propio Castillo y el plan de actuación turística son algo que compete a toda la comunidad, y no solamente a nuestros representantes y servidores en el Ayuntamiento. Que esta pequeña reflexión sirva para hacernos entender la urgencia del problema y nos anime a todos en la búsqueda de las soluciones adecuadas.

José Manuel Zarco Resa


LAS ACTITUDES AUTISTAS

En este nuevo número de la Revista Cultura tenia previsto continuar escribiendo una nueva columna acerca de las relaciones entre Málaga y Belmonte, o más concretamente entre acontecimientos acaecidos en Málaga teniendo como protagonistas personajes históricos vinculados a la vida publica de Belmonte, pues toda información que podamos aportar va a ser fuente de entendimiento que nos abra un poco más las puertas a la realidad y la importancia histórica y cultural de que gozó nuestro pueblo.
No obstante, no he podido resistirme en esta ocasión a escribir estas breves líneas en relación con un tema de trascendental, cuando no triste, actualidad: el autismo social.
La persona autista es aquella que presenta unos síntomas que, de manera generalizada, se manifiestan en una conducta en la que el sujeto se muestra incapaz para establecer un adecuado sistema de comunicación con su entorno (J. de Ajuriaguerra). Es decir, el autista, se mete en su caparazón, se aísla del mundo exterior, presentando dificultades para la comunicación con los demás, rehusando incluso el contacto físico, participando únicamente de sus propias vivencias y deseos, y, por consiguiente, "ajeno a todo lo que le rodea".
El autismo no es sólo una cuestión psicológica, referida a una persona con algunos de los rasgos sintomáticos comentados anteriormente, lo cual, por otro lado, no resulta tan grave si el entorno sabe acogerlo, es capaz de comprender su problemática y prestarle el debido apoyo; sino que una de sus derivaciones más negativas, por su repercusión colectiva, es el llamado autismo social, cuyas manifestaciones se han puesto de moda en la sociedad de nuestro tiempo.
Sufrimos las consecuencias de] autismo social en todos los órdenes del día, político, cultural, profesional y hasta vecinal; si bien esta última modalidad es más propia de las grandes ciudades que del medio rural (hasta cierto punto); si bien éste no es el tema que nos ocupa ahora.
¿Qué relación tiene todo esto con la vida de nuestro pueblo? Mucha, precisamente por esto, por "la vida", ya que el autismo tiene que ver con las formas de vida, personales y, en este caso, sociales. Desde el punto de vista político, el autismo social en nuestra comunidad se puede manifestar en multitud de situaciones: actitudes de ignorancia consentida, de falta de creatividad para resolver los problemas cotidianos, el abandono en la conservación de nuestros jardines, calles y plazas, el escaso o nulo interés por el medio ambiente, la utilización del cargo con fines exclusivamente personales, la carencia de iniciativas que permitan no sólo la transformación urbanística progresiva y coherente sino el mantenimiento (y rehabilitación) de nuestros monumentos representativos, nuestras costumbres y culturas, etc., etc. Estamos hablando de una inhibición/pasividad voluntaria (intencionada) en la búsqueda de soluciones.
El listado de problemas podría haberse ampliado, pues sin duda que los hay, y hacerse tan extenso que se convierta en una carga difícil de llevar para nuestras autoridades municipales, nuestros gestores y mediadores en la planificación de alternativas. Pero, solamente a nuestros representantes políticos corresponde esa responsabilidad? Expresado en su otro sentido (el autismo tiene la doble vía "personal-social"), la sociedad, nosotros en cuanto ciudadanos de Belmonte, no tenemos ninguna responsabilidad, tareas y obligaciones para con nuestro pueblo?
Como resulta obvio, la respuesta sólo puede ser "sí". En cuanto sociedad, tenemos una responsabilidad compartida, heredada de nuestro propio pasado; y es obligación respetarlo, mantenerlo y, si ello es posible, engrandecerlo aún más.
Antes lo he comentado, el autismo social es peor que el personal. El autismo vecinal se manifiesta en situaciones en las que nos inhibimos ante los problemas cotidianos del pueblo, ante el poco cuidado por lo público (jardines, calles, plazas, ... ), la pasividad por la destrucción o roturas de elementos comunes (luces, árboles, accesorios de ocio, instalaciones, ...), la sordera a las llamadas de colaboración al respeto y cuidado de las cosas, la ceguera ante los problemas adaptativos de nuestros hijos e hijas (¡como si sólo el profesorado fuera responsable de su proceso educativo!), la actitud de constante queja y protesta "porque sí" sin una propuesta crítica y reflexiva, o el pensar que "esto no va conmigo" y que se trata de problemas que han de resolver nuestros representantes municipales, que para eso est n. También aquí podríamos seguir comentando mucho más.
El autismo social es, como vemos, un estado general en el que nuestro pueblo (cualquier pueblo) puede verse inmerso cuando sus miembros (representantes y vecinos) no se sienten copartícipes en la búsqueda de alternativas y la solución de sus problemas, cuando entre ellos fallan los canales normales de comunicación o se muestran inexistentes.
El respeto a los bienes, el orgullo por las señas de identidad, la conservación de nuestros monumentos, las iniciativas para la mejora y rehabilitación de los peor conservados, la convicción en que las ideas compartidas y consensuadas es uno de los prerrequisitos de mejora, el voluntarismo en la defensa de los intereses comunales y el esfuerzo desinteresado, no son sólo tarea de nuestros políticos. Ellos tienen una responsabilidad directa, mayor, si as¡ lo preferimos, pero no son los únicos. Una sociedad que ignora su pasado, no cuida su presente y no se preocupa por su futuro, difícilmente podrá salir de su autismo, ya que no existe terapia alternativa fuera de ella misma.
Nosotros, en cuanto herederos de un pasado glorioso y una riqueza vigorosa para el presente, si somos capaces de aprovecharla, tenemos un deber de conservación y mantenimiento cultural; en cuanto forjadores de un futuro, estamos obligados para con nuestros descendientes a transmitirles la herencia ¡íntegra, conservada y, si es posible, enriquecida. No lo podemos olvidar. No nos comportemos como autistas.

Juan Antonio Zarco Resa


EL PAISAJE AGRARIO BELMONTEÑO

Todo el territorio belmonteño presenta una acusada escasez de precipitaciones y desde este enfoque podemos ver cómo esta extensión ocupada por un dominio de tendencia continental ha configurado a Belmonte de unos matices edáficos, donde todos los cultivos, como todas las plantas, se han tenido que adaptar no sólo a determinadas condiciones atmosféricas, sino también a las que presentan los suelos.
Son suelos de materiales arcillosos y margosos prolongándose los calizos desde el Barrero, pasando por la Morra hasta Mojón Alto. Una forma agrícola, profundamente arraigada en la agricultura tradicional, predominante en Belmonte es el cultivo de cereales, la cerealicultura de secano.
Este cultivo debe su desarrollo a la patente originalidad geográfica que presenta. El cultivo de los cereales se ha realizado siempre por el sistema de barbecho, también llamado de año y vez. Este sistema ha disminuido de forma progresiva porque con la mecanización se han mejorado las labores agrícolas, aumentando el espesor de los suelos y su capacidad de conservar la humedad. También ha influido la introducción masiva del girasol, como cultivo de primavera, permitiendo así un tiempo de descanso a la tierra, pero no el año entero.
El cultivo de trigo se remonta a ‚pocas antiguas y son los griegos y romanos los que extendieron su cultivo por las tierras que conquistaron. El trigo, para su cultivo, necesita suelos profundos que favorezcan el desarrollo de su sistema radicular, sistema por el cual el agua de las precipitaciones penetra en el suelo hasta alcanzar los niveles freáticos. De ahí que las mejores tierras sean aquellas que tengan capacidad de retención de agua.
En cuanto a las variedades cultivadas en nuestras tierras tenemos los trigos de invierno, de ciclo largo, que se siembran en otoño y se recolectan al comienzo del verano y las introducidas en los últimos años como son las variedades de ciclo corto, que se siembran al final del invierno o comienzo de primavera y se recolectan en el mismo verano.
Algunas parcelas, en lugar de dejarse en barbecho, se siembran con leguminosas, especialmente lentejas y garbanzos.
La vid es una planta leñosa y trepadora que se sostiene por medio de zarzillos opuestos o alternos, en forma de ramas. Durante siglos este cultivo se realizó de forma rudimentaria y artesanal, pero a partir del siglo XVIII se aplican nuevas técnicas, se introducen nuevas variedades de vid y se moderniza el proceso de vinificación.
Las cepas más cultivadas (dependiendo del tipo de vino que se pretenda obtener) son Tempranillo y Cencibel para los vinos tintos, y Zalema, Palomino, Alvillo y Viura para los blancos.
La multiplicación de la vid se lleva a cabo por medio del injerto. Las labores realizadas en los viñedos necesitan abundante mano de obra tanto para las labores de poda como para la vendimia.
El olivo, existente pero escaso en Belmonte, se caracteriza por su longevidad, ya que desde un punto de vista económico la rentabilidad de la explotación es superior a cincuenta años, pudiendo llegar a cubrir gastos a partir del sexto año de plantación. La aceituna destinada a la producción de aceite en las almazaras ocupa un 95% del total obtenido mientras que un 5% se destina al consumo directo. El proceso de transformación de la aceituna en aceite en una almazara diferencia tres zonas: hay una primera zona donde se recibe, se descarga y se lava la aceituna en espera de su posterior molturación. A continuación, en la parte central de la almazara, se realiza la molienda (algunas con los tradicionales "rulos"), donde las batidoras preparan la masa para ser prensada. Del prensado se obtiene aceite y alpechín que se separan por el proceso de decantación. Por último, el refinado y el envase para pasar a su comercialización.
Lo que podemos llamar agricultura belmonteña se reduce a un patrón de cultivos constituidos por los denominados cereales de otoño, como el trigo fundamentalmente, la cebada y dos plantas arbustivas como son la vid y el olivo.
La Unión Europea queriendo estabilizar el mundo rural ha llevado consigo una Política Agraria Comunitaria que subvenciona a los agricultores y ayuda así a coordinar mejor sus actuaciones. Esta Política Agraria Comunitaria (P.A.C.) pretende llevar a cabo una explotación familiar "redimensionada" para alcanzar el tamaño óptimo de cara a la productividad y a la mayor eficacia de los medios de producción, disminuyendo el coste de los mismos.
Belmonte en mil hechos reflejaba y refleja la trascendencia de las actividades y la producción cerealista en los trabajos agrícolas, en las labradas, en la siembra, en la siega, en la trilla, con un característico utillaje, en que el arado, la hoz y el trillo son sus elementos más significativos; en el mismo paisaje aldeano, en que las eras, encaradas a los vientos regulares veraniegos, cobraban un papel preponderante.
En definitiva, la historia de la formación del paisaje agrario belmonteño no puede constituir una tranquila alusión a hechos estables y continuos, sino a una complicada madeja de encontradas tendencias, con cortes bruscos, con acusadas soluciones de continuidad y quizás con abandonos.

Cristina Cavero
Estudiante de 3º Geografía y Meteorología.


3 ARTÍCULOS DE CINE
UNOS APUNTES SOBRE GEOGRAFÍA FANTÁSTICA, Y UN DESAFÍO

Cuenca es un fabuloso vergel para la imaginación. Su geografía, tan variada, y el excelente estado de gran parte de su patrimonio histórico se entrelazan en una sucesión de escenarios fantásticos. Ahora bien, cuando digo "fabuloso" y "fantásticos" no empleo esos términos con el moderno y birrioso significado de "muy bueno" o "excelente". Quiero decir que Cuenca es fabulosa y fantástica pues la fantasía y la fabulación encuentran aquí un exacto paraíso para sus vuelos, y también un sinfín de sorprendentes lugares en los que habitar.
También Cuenca se minusvalora, se desentiende de Cuenca (en muchas cosas, sí, y en este aspecto también). La humildad no siempre debería entenderse como virtud. Un amigo mío, un experto en el Cine de Fantasía que vive en Pennsylvania (Estados Unidos), quedó maravillado cuando le hice llegar unas cuantas fotos relacionadas con películas que él amaba. Todas esas fotos recogían parajes conquenses, parajes de sugerencias mágicas e imposibles de encontrar en todo un país tan enorme como es Estados Unidos. Así, el remoto continente en el que transcurren las aventuras de Conan el Bárbaro, la imaginaria Hyborea, se pudo encontrar en la Ciudad Encantada. También allí estaba el valle perdido y lleno de dinosaurios de la película "El Valle de Gwangi", película "de culto" de los aficionados al cine fantástico, incluido el mismísimo Spielberg. Además, Gwangi -el monstruo protagonista de la película- paseó su monstruoso corpachón por la Plaza Mayor de Cuenca, y se enfrentó a la muerte en una escena inolvidable rodada en la Catedral. (Aunque generalmente se ignore, Cuenca es una de las pocas ciudades con monstruo famoso: Nueva York tiene a King Kong, Tokio a Godzilla, y Cuenca tiene al gran Gwangi). Otras muchas películas han encontrado su escenario perfecto en tierras conquenses: "Los cuatro mosqueteros", "El rey pasmado", y por supuesto "El crimen de Cuenca", "Calle Mayor" y tantas otras. El lector curioso hallar cumplida información de todas ellas en el libro "La Imagen Encantada", editado por la Caja de Castilla La Mancha y que es una verdadera delicia. Pero ahora sólo me interesa hablar de películas fantásticas.
En este ámbito reservado a la Fantasía conquense, Belmonte ocupa un lugar de honor. Mi amigo, Jim Rodkey se maravilló con las fotos de Cuenca, pero quedó embelesado ante Belmonte. El pobre hombre -empleo esta expresión porque vive en un pueblo de aspecto bastante insípido y porque hay confianza- alabó con alegre envidia la soberbia altanería del Castillo. Le sorprendió el hecho de que fuese el mismo que él había visto en la famosa "El Cid", pero todavía le fascinó más el que fuese también el lugar elegido por Ralph Bakshi para filmar la batalla final de "El Señor de los Anillos".(Cabe decir que hablar de fantasía y hablar de la novela "El Señor de los Anillos" es como hablar de Cuenca y el morteruelo: son indisociables). También se filmó en el castillo una mediocre película, "Los Señores del Acero, que sin embargo está relacionada con el cine fantástico muy estrechamente porque en ella trabajaron juntos Paul Verhoeven, el director, y Rutger Hauer, el protagonista. Verhoeven dirigiría con posterioridad la famosa "Robocop", y Hauer actuaría como coprotagonista junto a Harrison Ford en la película "Blade Runner", una de las mejores películas de ciencia ficción de todos los tiempos. Todas estas cosas, y muchas más, encantaban a mi buen americano. Belmonte es algo más que Belmonte. Es una referencia indispensable también en el mundo de la fantasía cinematográfica. Obsérvese que no hablo de otras muchísimas películas que aquí se rodaron, ya sea en Belmonte o en Cuenca.
¿Y don Quijote? ¡La figura emblemática y central de toda la Fantasía, donde mejor se confunden la realidad y la ficción!. Pues bien. Cervantes no escribió el Quijote pensando en que algún día los eruditos, y los empresarios de turismo, se devanarían los sesos pensando por dónde pasó o no pasó el buen Caballero de la Triste Figura. Don Quijote pasó por donde le convenía al novelista que pasara. Desde luego, después del episodio de la venta que creyó castillo, no convenía en absoluto a la narración el que don Quijote pasase ante un castillo de verdad, y mucho menos tan imponente como el de Belmonte. Así pues, los eruditos, mapa en mano, lo han arreglado de la siguiente manera: dicen que don Quijote pasó una noche por tierras de Belmonte, en cuyos frondosos alrededores (por aquel entonces lo serían) se enfrentó en combate singular al Caballero del Bosque. Es una de las pocas aventuras en las que el hidalgo alcanza el éxito, y curiosamente es casi la única en la que sus sueños se ajustan perfectamente a la apariencia de la realidad. Si Cervantes pensó que Belmonte era el mejor lugar para reunir la realidad y los sueños ¿vamos a desmentirle nosotros?
Y voy derecho a mi desafío. Belmonte sigue siendo el lugar perfecto para reunir la realidad y los sueños. ¿Por qué no lo hacemos? ¿Nos ponemos a montar un Museo del Cine rodado en Belmonte? Si hay ganas, yo me apunto, y creo que el pueblo lo pide a gritos. No se olvide tampoco que la referencia inmediata y principal que puede entusiasmar al turista no es el Marqués de Villena sino las películas que aquí se rodaron. Los sueños, en suma, que aquí todavía se materializan.

Félix Dativo Donate Aparicio
Secretario del I.E.S. "San Juan del Castillo".

EL CID: UNA GRAN PELÍCULA EN BELMONTE

A principios del año 94 moría en los EE.UU., uno de los más importantes productores cinematográficos; Samuel Bronston, que había producido películas históricas tan destacadas como "Rey de Reyes", "55 días en Pekín" o "El Cid".
Este productor rumano de origen judío, que reposa en el cementerio de las Rozas (Madrid), hizo que el Castillo de Belmonte fuese contemplado por medio mundo sin moverse de la butaca del cine. Belmonte, que ha servido para rodar más de una veintena de largometrajes, cortometrajes y programas de televisión, acogió en la explanada que hay frente al Castillo, las andanzas y justas medievales, que los belmonteños que tuvieron la oportunidad de contemplar o participar en la filmación, todavía lo recuerdan como un gran espectáculo difícil de olvidar.
"El Cid" se llevó a las pantallas, porque Bronston quería realizar una película que estuviera basada en sucesos o personajes de la historia de España. Durante algún tiempo se dedicó a revisar temas que pudieran interesar al público español y que a la vez fueran comerciales y tuviesen un nivel internacional. Le atraían los temas relacionados con el medievo y los cantares de gesta; de entre los que eligió El Cantar del Mío Cid, el más antiguo pero a la vez el más real; ya que los personajes, los paisajes y los hechos que narra, son casi todos comprobables. La película nos muestra con un tono realista las hazañas del Cid y la geografía que recorrió, aunque en algunos casos hay partes imaginarias y fantásticas.
La película tuvo excelentes asesores, como Menéndez Pidal, el más profundo conocedor de nuestra épica, que supervisó el costoso largometraje, interpretado por Charlton Heston en el papel de Rodrigo Díaz de Vivar, Sofía Loren en el "rol" de doña Jimena y Geneviéve Page representando a doña Urraca. Y con ellos la pétrea y deslumbrante fortaleza belmonteña.
El director del film fue Anthony Mann (1906-1967), un especialista en "western", que estuvo casado con la española Sara Montiel; y que obtuvo un gran éxito con esta película rodada en 1961. La recaudación y la afluencia de público fue tal, que cuando El Cid se estrenó, se situó entre los veinte largometrajes más taquilleros de aquellos años, encumbrando a su productor entre los cinco primeros del "Champion of Champion".
Samuel Bronston, hizo que el séptimo arte de calidad llegase a uno de los rincones más hermosos de España y de Cuenca.
"El Cid" es sin duda la filmación mítica de nuestro entrañable y bello pueblo y gracias a la última restauración que ha realizado Martin Scorssese podemos verla en toda su plenitud.
Con posterioridad se ha rodado una película de mayor metraje con Belmonte de fondo. Este filme, "Los Señores del Acero", se rodó en 1985 y estuvo dirigido por Paul Verhoeven. De nuevo este director holandés que logró traspasar las fronteras de su país con alguna que otra picante película eligió nuestro castillo para esta producción americana con fuerte participación holandesa.
"Fresh and Blood" que es el título en inglés del "largo" belmonteño, que no se estrenó en nuestro país hasta el año 1988 pese a ser del famoso director de "Robocop", al igual que "El Cid" consiguió un clamoroso éxito taquillero en todo el planeta.
Muchos fueron los castillos, pueblos, parajes y ruinas que ojeadores y el mismísimo productor, Gys Verluys buscaron por países y territorios tan diferentes como Alemania, Hungría o Yugoslavia.
Pero ¡cómo no!, cuando se dejaron caer por la Piel de Toro encontraron tres localizaciones, Ávila, Cáceres y Belmonte (donde se rodó la segunda parte íntegramente) que fueron escenario de las andanzas de los personajes de la película. El Castillo de Belmonte cuando llegó la caravana multicolor de este "pequeño Hollywood" estaba en p‚simas condiciones por lo que los suelos se reforzaron con baldosas de mosaico, se repararon los cielos rasos, se limpiaron y colgaron flamantes candelabros e incluso se llegó a construir un foso dentro del promontorio que circunda la fortaleza. Todo este faraónico trabajo estuvo supervisado por el director artístico Félix Murcia, que no pudo evitar que durante el rodaje de unas escenas en las que supuestamente ardía el castillo, los artesonados de la escalera que llevan a la primera planta fuesen dañados.
Pese a este fortuito percance, una vez más Belmonte pudo ser apreciado por millones de espectadores que seguramente no imaginaban un castillo tan altivo y cinematográfico, que en fechas no muy lejanas sirvió de soporte para un "spot" publicitario que se emitió en una nación hispanoamericana. Y que espera con ansiedad la llegada de nuevos proyectos que den vida a sus hermosas galerías y regios salones.

Óscar Martínez Pérez

UN CASTILLO DE CINE

El Castillo de Belmonte ha pasado por derecho propio a formar parte de la iconografía cinematográfica, y su emblemático silueta se ha visto proyectada en las pantallas de todo el mundo gracias a la difusión alcanzada por el séptimo arte.
Durante los más de treinta años que se prolonga "su carrera cinematográfica" el más famoso monumento medieval de la geografía manchega h@ recibido la visita de los más variados personajes, entresacados directamente de la historia, la leyenda y la mitología popular.
La primera aparición sirvió para engrandecer la figura histórica de un caballero castellano del siglo XI que se convirtió en un mito de resonancias ‚picas inigualables gracias a los fastos de un megalómano productor llamado Sam Bronston, que quiso trasladar a la España de los primeros años sesenta parte de la grandiosidad que Hollywood iba perdiendo. El Cid fue su mejor película, y en ella el Castillo de Belmonte realiza una presentación espectacular. Curiosamente interpretando dos papeles, un privilegio reservado en exclusiva a los "grandes" de la pantalla.
Apenas un año más tarde recibimos la visita de Las hijas del Cid, gracias a la visión comercial de los italianos (con intervención de capital español), que intentaron recoger parte del enorme éxito popular cosechado por la película de Anthony Mann (el marido americano de nuestra paisana Sara Montiel), recuperando para la ocasión el mismo escenario conquense, aunque como resulta evidente con unos medios más modestos.
En el año 1965 es nuevamente un italiano, de nombre Ferdinando Baldi, que precisamente había descubierto las enormes posibilidades cinematográficas de la fortaleza belmonteña trabajando para Bronston, quien hace posible una curiosa paradoja: gracias a la magia fascinante del cine retorna a Belmonte Pedro El Cruel, el rey castellano que casi seiscientos años atrás había dotado a la población del título de villa.
Baldi fue el "responsable" que en el año 1982 hizo saltar por los aires el castillo, en tres dimensiones además, en un remedo de Indiana Jones que se tituló El tesoro de las cuatro coronas, y que tuvo más éxito en Estados Unidos (donde sirvió para dar a conocer a Ana Obregón, la principal protagonista femenina) que en nuestro país.
Si Don Quijote pasó fugazmente por tierras de Belmonte en la obra más famosa de la literatura universal, en alguna interpretación fílmica también se ha acercado hasta nuestra tierra, aunque sea de forma pasajera. Concretamente, en la versión de un director alemán llamado Carlo Rim, que convirtió el castillo en la residencia del gobernador (al que daba vida el actor español Fernando Rey). Esta cinta del año 1964 no llegaría a estrenarse en las salas de cine.
Si Robin Hood es quizás el personaje de mayor envergadura cinematográfica que ha visitado Belmonte, en el caso de ... Y le llamaban Robin Hood, se trata de una de las peores apariciones de este benefactor de los pobres que trabajaba en los bosques deSherwood. Únicamente se recordará esta cinta por la participación de un rostro angelical con la imagen de 16 años de Victoria Abril.
Otros importantes personajes literarios "lopeveganos" nos visitaron durante el verano de 1970 para recrear los magnicidas de Fuenteovejuna, con los principales protagonistas Daniel Dicenta y Nuria Torray a la cabeza.
Durante 1978 el castillo se pobló de los más extraños seres mitológicos importados de las leyendas nórdicas y centroeuropeas. Ogros y enanos, orcos y ellos, magos y brujas, príncipes y monstruos; creaciones literarias que un profesor de literatura llamado J.R.R. Tolkien había imaginado en su obra El señor de los anillos. El resultado una película híbrida (imagen real/dibujos animados) en cierta medida inacabada.
La única ocasión que Belmonte representa en la pantalla su propio papel es una película de una rareza singular. En el verano de 1978 nuestro castillo se convierte durante unas horas en centro de reunión de la mafia mundial para esta producción que acabó titulándose en España El felino. Gozaba de un reparto internacional multiestelar, pero el verdadero protagonista fue Joe Lewis, un campeón de kárate de los años setenta, que fusionaba el prototipo de agente secreto tipo James Bond con sus cualidades de experto en artes marciales al estilo de Bruce Lee. La pelea final con su antiguo compañero en el adarve del castillo, sobre las almenas y torreones encierra toda la belleza plástica de un castillo que penaba su abandono entre vestigios de aparente y pasada grandeza.
De esta forma llegamos al verano de 1984, cuando el castillo es literalmente asaltado por un equipo holandés-americano para filmar una producción ambientada al final de la Edad Media en la que un grupo de mercenarios dirigidos por Paul Verhoeven se convirtieron en Los señores del acero. Para aproximar la particular fisonomía de la fortaleza al prototipo de las que existen por el centro de Europa se acometieron una serie de reformas tanto en el interior como en el exterior que, junto al fuego de ambientación, estuvieron a punto de causar graves deterioros en la construcción que durante más de seiscientos años ha representado el verdadero símbolo emblemático de la localidad.
La siguiente aparición de Belmonte en las pantallas de cine vino obligada por el contenido argumental de la película, al relatar un acontecimiento histórico que tristemente había ocurrido en la comarca de la Mancha conquense en las primeras décadas del siglo. Pilar Miró asoció El crimen de Cuenca a un lamentable error judicial que había quedado para siempre escrito en las páginas de la crónica más negra de nuestra historia reciente.
El personaje que ha superado los límites de su origen literario para diluirse en todos los ámbitos de la creación humana es Don Juan. En la película que el asturiano Gonzalo Suárez filmó en 1991 para deshacer parte del mito, eligió el decorado de fondo del Castillo para ambientar su última batalla, situando a Don Juan en los infiernos, con una derrota glorificadora que le acerca al umbral de esa mujer inalcanzable y fatal que representa la muerte.
La filmografía del castillo se cierra en cierta medida de una forma bastante efímera, con una breve aparición en dos secuencias de El aliento del diablo (1993), aunque su imagen está omnipresente a lo largo de toda la historia como residencia del señor feudal (al que se encarga de dar vida Fernando Guillén).
Además de éstas, hay otras intervenciones del famoso castillo en varias series, concursos y películas para la televisión.

José Alfaro Núñez.
(Autor de LA IMAGEN ENCANTADA -el cine a su paso por Cuenca)


RECETAS DE COCINA. POR MAXI
CALDERETA DE LANGOSTINOS

Ingredientes para 5 raciones: langostinos: 400 g., cebolla: 1 unidad, 300 g. De patatas, 1/2 1. de leche, 50 g. de mantequilla, pimienta negra molida, perejil y sal.
Pelar los langostinos y poner a cocer las cáscaras y las cabezas con sal a fuego lento. Colar y reservar el líquido. Pelar y picar las cebollas y las patatas. Fundir la mantequilla y saltearlas unos minutos. Añadir el caldo donde se han cocido los langostinos y dejar cocer 15 minutos, aproximadamente, poner la pimienta negra. Añadir los langostinos y la leche y terminar de cocer cinco minutos. Rectificar de sal. Salpicar el perejil por encima y servir.

POLLO DE CORRAL CON CIRUELAS

Ingredientes: Pollo de corral troceado, 250 g. de ciruelas, 250 g. De cebollitas, 150 g. de tocino entreverado, 2 dl. de fondo oscuro, 250 g. de patatas, 250 g. de zanahoria, 150 g. de champiñón, 2 dl. de aceite de oliva, sal, pimienta, laurel, tomillo, perejil y nuez moscada.
Saltear los trozos en el aceite, retirarlos y rehogar el tocino y las cebollitas cortadas finamente, dejando que se caigan. Añadir de nuevo el pollo, mojar con el fondo y sazonar con sal, pimienta y nuez moscada, agregando el "bouquet garni". Dejar reducir durante treinta minutos y añadir un litro de vino blanco y otro de agua, dejándolo cocer todo durante dos horas y media aproximadamente. las ciruelas previamente remojadas y deshuesadas se incorporan quince minutos antes de terminar la cocción. Preparar la guarnición blanqueándola y terminándola al horno con mantequilla. Si queda claro, ligar la salsa. Las ciruelas pasas remojarlas en té fuerte.

PESTIÑOS CON SALSA DE MáLAGA VIRGEN

Ingredientes para ocho personas: 1/2 kg. de harina, 2 huevos, 50 g. de manteca de cerdo, 1 l. de aceite de girasol, 150 g. de matalahúva, 400 g. de miel, 200 g. de anises de colores, 1 copita de jerez dulce, 1 copa de Marie Brizard, 1 copa de cointreau, sal. Para la salsa: 1/2 l. de Málaga Virgen, 100 g. de miel, 1 corteza de naranja, 1 copa de brandy, 100 g. de azúcar y 1 trocito de canela en rama. Preparación: Freír la matalahúva en 114 de aceite hasta que esté dorada. Colar el aceite y reservarlo hasta que enfríe, pasar la harina por el cedazo y hacer un volcán con ella sobre una superficie lisa (mármol). Añadir los huevos, la manteca de cerdo cortada a finas láminas, el jerez dulce, el jerez seco, el anissete, el Cointreau, el aceite frío de haber frito la matalahúva y un poco de sal. Amasarlo a mano o a máquina (robot doméstico) hasta que la masa se despegue con facilidad de la superficie donde se trabaja. Dejarla reposar durante 30 minutos tapada con papel de aluminio. Pasado este tiempo, estirar la masa con un rodillo, dejándola de un grosor no superior a un milímetro. Cortar en tiras irregulares en forma de triángulo, romboide, rectangular, etc. de 8 a 10 cm. de ancho. Darles forma de lazo, pajaritos, etc. según la creatividad de cada uno. Freír en abundante aceite muy caliente, dorándolos por ambos lados. Enmelarlos, bañándolos en miel desleída en agua al 50%.
Disponer en bandejas y espolvorearlos con los anises de colores, que quedarán adheridos en su superficie, para evitar que al superponerlos por pisos los pestiños éstos se peguen entre ellos.
La miel sobrante, después de enmelar, no se aprovecha para derramarla sobre los pestiños, pues los remojaría demasiado y se engancharían. Se pueden guardar varios días en un lugar seco y fresco.
Para la salsa: Poner el azúcar en el centro de una sartén de paredes altas, bañado con el brandy y prenderle fuego, añadir el Málaga Virgen, la corteza de naranja y la ramita de canela. Ponerlo a fuego medio y cocerlo hasta que reduzca a la mitad. Incorporar la miel y dejar que espese un poco hasta que tenga la textura de un jarabe ligero.

PERSONAJES DE NUESTRO PUEBLO
FRANCISCO DÁVILA

Nació en Belmonte el año 1529. Sus padres eran Juan Dávila y Luisa Cortés. Y hasta conocemos la casa donde nació, pues en 1582 hace cesión de su casa heredada de sus padres para que en ella habite el Prior de La Colegiata: es la casa parroquial desde donde escribo estas palabras. La señala así "es la que está cerca de la Colexial en la calle que va de La Plaza Mayor a la Puerta de San Juan, en lo alto de la cuesta, a la mano izquierda frente al Zerrillo". Se doctoró en Teología y tomó posesión de la Canongía de Maestrescuela de esta Colegiata el 9 de Abril de 1562. Fue muy estimado y querido del Cabildo y del pueblo de Belmonte. Sus padres murieron muy jóvenes y él, como hermano mayor, se hace cargo de todos los hermanos, cinco, más pequeños; cuatro varones fueron sacerdotes. La hermana Jerónima se casó con D. Diego de Haro Montoya. Fue un gran literato, escribiendo muchas obras dónde se echa de ver su piedad y su saber. Fundó la Capilla de Ntra. Sra. del Pópulo, la de Bautismo y según reza una inscripción en su altar principal: "este altar se labró a consta de los S.S. Dr. D. Francisco Dávila, Maestrescuela desta Iglesia, primer fundador..." Publicó muchos libros de teología y avisos a la vida cristiana. Otros dedicados a la Santísima Virgen donde se contienen letrillas populares, villancicos y romances que se cantaban en las grandes solemnidades de Navidad, Corpus, etc.
Mudó el 28.XII.l 600 y se enterró en la cripta de la Capilla del Bautismo.

D. Luis Andújar.


Nuestra página de INTERNET cumplió el día 10 de diciembre su primer año por esos mundos de Dios. A ella han acudido para interesarse por nuestro pueblo más de 2.400 personas desde las Universidades, desde las Américas o desde los Emiratos árabes. Esto supone más de 6 consultas diarias a nuestra historia y a nuestra cultura. Es para estar contentos.


LA ASOCIACIÓN CULTURAL "INFANTE D. JUAN MANUEL" OS DESEA A LOS AFILIADOS Y SIMPATIZANTES UN FELIZ Y CULTURAL AÑO NUEVO 1.998"



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