ASOCIACIÓN
CULTURAL
INFANTE DON JUAN MANUEL
Nº A.C. 1361.
DEP. LEG.: CU-218-1998 - ISSN: 1696-6260
16640 - BELMONTE (Cuenca)
E-mail: [email protected]
EL ATRIO
Consejo de
Redacción: Ricardo Cuevas, Luz Campos, Pedro
Iglesias, Mª Victoria Cavero, Inés Valverde,
Cristina Cavero.
Diseño: Nieves García
Gálvez.
Publicidad: Josefa Escribano.
Distribución: Mª Isabel Granados.
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BOLETÍN
Nº20 DE LA ASOCIACIÓN INFANTE DON JUAN MANUEL
SEPTIEMBRE 2006
"“Si por
vicio y por holgura la buena fama perdemos,
la vida muy poco dura, denostados quedaremos.”
(Don Juan Manuel)
EDITORIAL
Por fin parece que se ve solución al problema del castillo.
Ya se ha alcanzado un acuerdo con la propiedad, mediante una
cesión por 75 años, que permite la
restauración del edificio y su posterior
utilización. Podemos celebrarlo, y manifestar cautelosa
alegría. Hemos podido leer y realizar sugerencias sobre el
texto del contrato, y deberemos en el futuro estar vigilantes para que
las obras se desarrollen según lo convenido. Lo cierto es
que, tras esfuerzos de años, se ha conseguido que el
castillo pueda ser restaurado. Nos alegramos porque posiblemente el
próximo año veremos andamios que salven a nuestro
castillo del derrumbe. Pero debemos acostumbrarnos a una nueva
situación: aunque los residentes en Belmonte podremos seguir
accediendo al castillo, y posiblemente tanto el Ayuntamiento como las
asociaciones podamos utilizarlo para la realización de actos
culturales, ya no podremos recorrerlo, como ahora, a nuestras anchas,
mostrando casi como nuestras las estancias más
recónditas a nuestros visitantes. Esta pequeña
renuncia se compensará, sin duda, con el nuevo esplendor que
realzará otra vez el viejo castillo. De nuevo su sombra
será protectora para el crecimiento del pueblo que tiene a
sus pies.
Y en este 2.006, la asociación del Infante cumple diez
años. Es inevitable hacer una parada, mirar hacia
atrás y recordar el trabajo realizado. Las asociaciones,
aunque tienen su razón de ser en los socios que las apoyan,
avanzan gracias al trabajo de las juntas directivas, un grupo de
personas que, casi siempre con más ilusión que
medios materiales, llevan a cabo los proyectos planteados de la mejor
manera posible. No es necesario mencionar nombres: cada uno sabe lo que
aporta y lo que obtiene de este tipo de trabajos desinteresados.
Siempre se puede hacer más, y mejor, pero en esta corta
– o larga – historia encontramos argumentos para
sentirnos razonablemente satisfechos. La Asociación ha
mantenido proyectos anuales, ha publicado con regularidad su revista, y
ha procurado realizar cada año los actos culturales que le
han sido posibles para cumplir sus objetivos. Creemos que, cuando ha
habido que hacer ruido, se ha hecho. Pero siempre es más
fácil “responsabilizar” que
“responsabilizarse”, que es menos lucido. Y, a la
larga, el trabajo callado resulta más eficaz.
Somos una asociación cultural, y la cultura es, en su
esencia, independiente de presiones políticas, religiosas o
chauvinistas. Hemos colaborado estrechamente con el anterior gobierno
local, trabajamos con el actual y trabajaremos con el que venga.
Nuestras iniciativas han sido atendidas con amabilidad y buena
disposición, y nunca hemos recibido consignas. De lo que se
trata es de sumar, y no de restar.
Las celebraciones son un momento apropiado para exámenes de
conciencia y para planteamiento de nuevos proyectos. Y así
lo hacemos, sin olvidar los objetivos no logrados y afrontando el
futuro con ilusión renovada, con más proyectos y
con una perspectiva optimista de todo lo que se puede hacer para apoyar
el crecimiento económico, social y cultural de Belmonte.
Estamos de celebración, y estamos de agradecimiento.
Agradecimiento a todos los que nos han ayudado y a nuestros
más de doscientos socios. E invitamos a todos a participar.
LA
ASOCIACIÓN INFORMA
- Jornadas “Belmonte, una mirada a la
historia”:
Durante
los fines de semana del mes de marzo y el uno de abril, la
Asociación Cultural Infante Don Juan Manuel
organizó, junto con el Centro de Profesores de Belmonte, las
Jornadas “Belmonte, una mirada a la historia”, que
se dedicaron en su totalidad a estudiar la historia del castillo de
Belmonte, su situación actual y sus perspectivas de
futuro.
Dichas jornadas se convocaron con el doble objeto de divulgar nuestra
Historia, así como el de poner en valor patrimonio de
Belmonte y la necesidad de iniciar actuaciones para su
conservación.
Las diversas charlas de las jornadas se desarrollaron en la Casa de la
Cultura con una importante asistencia de público.
Óscar Martínez Pérez, historiador, fue
el encargado de abrir esta actividad adentrándose en un
periodo poco conocido de la historia del castillo, como son los siglos
XIX y XX.
En el siguiente día, nos trasladamos al castillo donde los
chicos y chicas de la Asociación Fuente de Beso fueron los
encargados de mostrarnos y contarnos la historia de la fortaleza para
que, posteriormente, Michel García, arqueólogo
especialista en restauración, nos expusiera la historia del
edificio desde la perspectiva arquitectónica.
Finalmente, en la última jornada de la actividad, Carlos
Villar, técnicode patrimonio, arqueólogo y
museólogo, fue el encargado de echar una mirada al futuro
explicando la situación jurídica actual del
castillo y cuáles son las opciones que ofrece la ley para
salvar de la ruina a la edificación.
Seguidamente, se llevó a cabo una Mesa Redonda moderada por
Inés Valverde, presidenta de la A. C. Infante D. Juan
Manuel, y en la queparticiparon Javier y Hernando Soto Fitz-James
Stuart, los dos hermanos y
representantes de la familia propietaria del castillo; Mª
Angustias Alcázar, alcaldesa de Belmonte; Carlos Villar,
como técnico; Gonzalo Porras; como miembro de la
Asociación Fuente del Beso; junto con Gonzalo
Valdés y Miguel A. Vellisco, como socios de la
Asociación Cultural Infante D. Juan Manuel. En el debate se
expusieron las posturas de cada parte y se presentó el
proyecto de restauración y explotación
turística del castillo, por parte de Javier Soto Fitz-James.
En dicha iniciativa, se recogía la rehabilitación
del edificio y las murallas en cinco fases y la puesta en marcha de un
proyecto turístico posterior que lo gestionaría
una empresa dirigida por los propietarios del castillo.
Posteriormente, y como clausura, se disfrutó de un vino en
el que los participantes pudieron departir de forma distendida acerca
de los temas tratados en las jornadas. Asimismo, el Centro de
Profesores otorgó a todos los docentes que asistieron a las
jornadas un certificado de 10 horas en concepto de formación
del profesorado.
Agradeciendo a todos/as los que hicieron posible que dichas jornadas se
desarrollaran con éxito, queremos anunciar la continuidad de
dicha actividad en el futuro.
Para el próximo año, debido al interés
provocado por las jornadas y su masiva asistencia de
público, la A. C. Infante D. Juan Manuel incluirá
dentro de su programa de actividades la celebración de las
II Jornadas “Belmonte, una mirada a la Historia”,
centrando su temática en otro aspecto de los
muchos posibles referidos al patrimonio y la historia de la villa de
Belmonte.
- Los propietarios y el Ayuntamiento inician un
acuerdo de restauración: Las jornadas sobre el
Castillo organizadas por la A. C. Infante D. Juan Manuel y el Centro de
Profesores de Belmonte en abril sirvieron de escenario para el
principio de acuerdo al que llegó el Ayuntamiento con los
representantes de los propietarios,
para ceder el Castillo al consistorio por un periodo de 75
años. Con este trascendental pacto se abren las puertas a un
proceso de restauración del inmueble para salvarlo de la
ruina.
En el último día de las jornadas
“Belmonte, una mirada a la Historia”, en la que
Carlos Villar –técnico de patrimonio-
realizó una ponencia acerca de la
situación jurídica del castillo, Javier Soto
Fitz- James Stuart, representante del Ducado de Peñaranda
(propietario del Castillo de Belmonte), participó en la mesa
redonda posterior junto con Angustias Alcázar, alcaldesa del
Belmonte, y otros miembros de asociaciones de Belmonte.
La intención de
la participación de Javier Soto, según
señaló, era la de manifestar a todo el pueblo su
firme intención de llegar a un acuerdo para restaurar el
castillo.
El acuerdo consistiría en la cesión del Castillo
por un periodo de 75 años al Ayuntamiento de Belmonte. La
gestión del mismo recaería en la empresa
“Fortaleza de Belmonte”, que estaría
regida por los propietarios siempre y cuando cumplan una
serie de condiciones. El compromiso para la
cesión, facilita la toma de medidas en la
Administración para un necesario y urgente proceso de
restauración.
La rehabilitación se llevaría a cabo en varias
fases y el montante económico podría ascender a
unos 700 millones de las antiguas pesetas. Asimismo, por
parte de la propiedad se adquirió la obligación
de, una vez rehabilitado en Castillo, ofrecer un servicio
turístico de primera calidad, capaz de atraer a
más turistas de los que hoy visitan Belmonte y su comarca.
En dicha mesa redonda, tanto los participantes directos como los
asistentes pudieron manifestar sus inquietudes y resolver sus dudas
referentes a los términos del acuerdo entre los propietarios
y el ayuntamiento.
En los meses posteriores a las jornadas, nos informan ambas partes de
que el texto del acuerdo ya ha conseguido el visto bueno de los
técnicos de la Dirección General de
Patrimonio de la Junta de Castilla- La Mancha y del Ministerio de
Fomento, por lo que sólo restaría su firma que
probablemente se lleve a cabo a primeros de este mes.
En dicho acuerdo se recoge la cesión del castillo con el
compromiso de su restauración en diferentes fases. La
primera de ellas (Fase 0), que consiste en la evaluación de
la situación actual del edificio y la elaboración
de proyectos, va a ser sufragada en su totalidad por la parte
propietaria. La Fase 1 es la principal y más costosa, porque
en ella se incluye la rehabilitación completa de la
fortaleza, que será costeada por los propietarios y por la
Administración (que para esta fase va a aportar mayor
porcentaje de dinero que los dueños). Las fases siguientes
consisten en la mejora del edificio, su entorno y las murallas, por lo
que se llevará a cabo en un mayor plazo de tiempo.
Finalmente, existe una fase dedicada al desarrollo del proyecto
turístico, cuya cuantía dependerá de
los propietarios.
Desde la Asociación Cultural Infante D. Juan Manuel siempre
hemos pedido que se lleven a cabo actuaciones en el castillo de forma
urgente para evitar su deterioro. Por tanto, valoramos positivamente el
acuerdo en tanto que salva de la ruina al castillo y supone la
restauración no sólo del edificio, sino
también de parte de sus murallas.
Asimismo, creemos que son importantes las garantías de que
en la recuperación se van a respetar escrupulosamente las
estructuras del edificio y sus dependencias internas (como Bien de
Interés Cultural que
es), así como el compromiso de que el edificio siempre va a
permanecer abierto a los visitantes.
En nuestra opinión, también es necesaria la
puesta en marcha de un proyecto turístico que pueda
dinamizar social, económica y culturalmente la villa de
Belmonte y su comarca, pero queremos esperar a conocer el proyecto
turístico que prepara la empresa “Fortaleza de
Belmonte” para poder valorarlo adecuadamente.
No obstante, ya nos hemos puesto en contacto con el Ayuntamiento que
nos ha facilitado el texto del acuerdo de la cesión que, una
vez leído, valoramos positivamente. Además,
nuestro propósito es el de continuar vigilantes con las
obras posteriores que se acometan en su proceso de
restauración, con la intención de velar por la
conservación y buen uso de nuestro patrimonio.
- VII Certamen Juvenil de Pintura al Aire Libre:
El pasado sábado 19 de agos
to se celebró el VII Certamen Juvenil
de Pintura al Aire Libre, organizado por la A. C. Infante D. Juan
Manuel.
Se llevó a cabo en la Plaza de Correos, con cerca de una
treintena de participantes, aunque en esta ocasión no hubo
dibujantes de la categoría Juvenil II.
En las otras categorías, los ganadores de los premios
otorgados por el jurado fueron: Pablo Delgado Fernández
(primer premio) y María Martínez
González (segundo premio), en la categoría
Infantil; y Patricia Díaz Muñoz (primer premio) y
Andrea Delgado Fernández (segundo premio), en la
Categoría Juvenil I.
Todos los trabajos han permanecido expuestos en el Colegio Fray Luis de
León durante las Ferias 2006 junto con la muestra
“Diez Años por laCultura”, organizada
por la A. C. Infante D.Juan Manuel.
Agradecemos a todos los jóvenes su participación
y los animamos a inscribirse en el próximo certamen.
- Exposición “Diez
años por la cultura”: La
Asociación Cultural Infante Don Juan Manuel ha querido
continuar con la celebración de su décimo
aniversario y para ello ha preparado una exposición que
recoge todas sus iniciativas y actuaciones llevadas a cabo durante esta
década de andadura.
Bajo el título “Diez años por la
cultura” -eslogan elegido para la celebración del
aniversario- se han expuesto todos los carteles,
fotografías, publicaciones, dibujos y escritos de los
concursos, así como todas las fotografías
incluidas en la sección de la revista El Atrio,
“Imágenes para el recuerdo”, que han
sido publicadas hasta la fecha.
La muestra, con un notable éxito de visitantes, se ha
llevado a cabo en el Colegio Fray Luis de León del 23 al
28 de agosto de 2006, coincidiendo con las Ferias de S.
Bartolomé.
- “Arquitectura religiosa en
Belmonte”: Durante las Fiestas de la
Virgen de Gracia la A.C. Infante D. Juan Manuel ha preparado una
muestra de fotografía centrada en la arquitectura religiosa
del pueblo.
En la muestra se exponen imágenes de los principales
monumentos religiosos de la villa.
Con dicha actividad se cierra la terna de exposiciones
fotográficas que se iniciara hace años con los
escudos de Belmonte y que después continuó con la
arquitectura civil.
La muestra ha estado abierta durante los días de la Fiesta
en horario de tarde-noche e
n la
Casa de la Cultura.
- Contenedores
“artísticos”: En el
número anterior expresábamos nuestro
deseo de que los contenedores de basura se colocasen en
lugares fijos y convenientes para no alterar la visión de
nuestros edificios históricos. Pues bien, ese deseo no se ha
cumplido, más bien parece al contrario: delante de cada
lugar de interés turístico, histórico
y artístico se ha colocado, como si de indicadores de
localización se tratara, un enorme y verde contenedor (para
variar, también hay alguno azul).
Nuestra socia Mercedes Ruiz nos envía fotos de distintos
lugares: arco de la Estrella, Jesuitas, Plaza de Correos... El
ayuntamiento argumenta que no hay dónde colocarlos.
Así, desde luego, nadie protesta por tener contenedores a su
puerta. Pero la solución más fácil
no es siempre, a largo o corto plazo, la mejor solución.
- La restauración de Los Molinos de
Belmonte: Se ha iniciado ya, y está avanzada, la
recuperación de los
molinos belmonteños. En poco tiempo
el pueblo recuperará parte del perfil que tuvo en los siglos
XVI y XVII.
En el cerro Los Molinos, El Puntal, tristemente quemado, se
levantará y se proveerá de maquinaria completa; a
su lado, se vuelven a erguir ya dos de sus compañeros. Y a
la izquierda del castillo, otros dos molinos
acompañarán al que se inauguró en
1.965, cuya vista en la distancia queda mermada por modernas cercas y
antenas.
Al iniciar las obras de estos dos nuevos molinos, en uno de ellos se ha
encontrado el suelo original, que
se respetará, fuera de la nueva construcción; en
el otro se ha hallado un fragmento de la piedra del molino y el
arranque de una escalera de caracol, que también se
mostrarán a la vista del público.
¿Conservarán estos molinos sus nombres
tradicionales: El Sopas, El Calonge, el Peleches, El Copitas, El
Zurdo...? ¿Podrán tener también una
Hidalga Hermandad que los proteja?
Lo que sí es cierto es que, recuperación o
recreación, cuentan con la simpatía de los
belmonteños, también de los visitantes, y,
seguro, con una amplia sonrisa de satisfacción de don
Ruperto Jurado, que fue en su vida incansable protector del patrimonio
belmonteño y que trabajó de manera entusiasta por
la recuperación de los molinos de Belmonte.
- Concierto de Amanecer Musical Latino: La
A.C. Infante D. Juan Manuel, organizó el pasado 29 de abril
la actuación del grupo Amanecer Musical Latino, en
colaboración con el Ayuntamiento de Belmonte y la
Diputación de Cuenca.
Este conjunto de Mota del Cuervo, ofreció una cuidada
selecciónde boleros, rancheras, canciones de ronda
o pasodobles que hicieron que se llegara a la complicidad entre los
artistas y un público que terminó cantando el
repertorio y disfrutando del concierto.
- Consejo de participación ciudadana:
Algunos socios preguntan por la conservación de los remates
de piedra y el lavadero que había delante de la ermita de la
Virgen de Gracia. Desde el Consejo de Participación
Ciudadana, y en conversación con la alcaldesa, nos informan
de que tanto los remates como el lavadero están en los
almacenes del Ayuntamiento, y que se piensa recolocarlos, posiblemente
dentro de los proyectos de remodelación del principio del
paseo.
Asimismo, en el Consejo de Participación Ciudadana, se nos
solicitó opinión sobre el mantener o no los arcos
que había en el comienzo del paseo Virgen de Gracia. La
opinión emanada del Consejo fue que, al no poseer un
importante valor histórico-artístico y no
combinar con el actual paseo, se derribasen; para que, una vez
remodelado el paseo, el colegio y sus espacios anejos, se considerase
construir unos arcos más acordes a las nuevas obras.
- Concurso de Cuentos y Leyendas de Belmonte:
Como todos los años, la A. C. Infante Don Juan Manuel
convocó el pasado mes de diciembre la VIII
edición del Concurso de Cuentos y Leyendas de Belmonte.
Este certamen cuenta con tres categorías, a las que los
participantes presentan un cuento o leyenda relacionados con Belmonte y
su comarca.
En esta ocasión la participación ha sido baja,
por lo que las categorías infantil y adulta han quedado
desiertas. En la categoría juvenil, los premiados y sus
trabajos han sido: Fernando Fernández Herrada (primer
premio) con “Juan Cubillo" y Adrián
Rabadán Guerra (segundo premio) con “Un final
extraño”.
- Semana Cultural “Fray Luis de
León”: Durante más de quince
años, el Ayuntamiento de Belmonte organizó
cada verano la Semana Cultural “Fray Luis de
León”.
Desde hace algunos años, echamos de menos esta semana
veraniega en la que había algún concierto, alguna
obra de teatro o conferencia que nos hacía recrearnos y
crecer.
No es éste un mal momento para continuar esa
tradición, discreta, pero que iba ya arraigando. Sobre todo
cuando el Ayuntamiento tiene tan a mano asociaciones culturales que de
buen grado colaborarían.
No es cuestión tampoco de dinero, porque este tipo de
colaboraciones suelen ser desinteresadas.
- Nuestros socios: Desde la
Asociación Cultural Infante Don Juan Manuel queremos saludar
a los nuevos socios que en estos últimos meses se han unido
a nuestra Asociación.
Éstos son Ramiro Coso, Mª Ángeles
Montellano, Mª Jesús Méndez, Milagros
González, Javier Jiménez, Gloria Lara, Emiliano
Arráez, Adrián Rabadán y Mª
Luz Castellanos.
A todos ellos, bienvenidos. Asimismo, queremos mostrar nuestras
condolencias a los familiares de Adela Pozo, socia de la
Asociación fallecida recientemente.
ENOTURISMO, BUEN VINO Y MUCHO MÁS ...
La
cultura del vino transciende hoy en día al hecho de producir
y consumir uno de los alimentos más
característicos de nuestra comarca. Espacios de ocio,
actividades turísticas y culturales se unen al vino en
pequeñas y cuidadas bodegas que hacen de la
elaboración de sus caldos todo un arte. Hace años
comenzaron a crearse este tipo de bodegas en otros lugares
de España. Ahora, podemos disfrutar de ellas muy cerca de
Belmonte.
Protagonista a lo largo de la Historia, el vino ha sido elaborado y
disfrutado por muchas y diversas culturas y cantado por juglares y
poetas: “el alma del vino eleva un canto colmado de luz y
fraternidad”, escribía Baudelaire en El alma del vino.
Fiel acompañante de penas y alegrías, elemento
fundamental de la buena cocina, es imprescindible en fiestas, ritos y
celebraciones -tanto paganas, como religiosas- y hasta aconsejado por
especialistas médicos -con moderación, eso sí-,
por sus efectos cardiosaludables. Podemos decir con certeza que el vino
forma parte de nuestra vida cotidiana.
El vino forma parte de nosotros, sí, y desde muy antiguo. Belmonte, en pleno corazón de La Mancha, no ha
sido ajeno a esta realidad y se ha caracterizado por cultivar la vid,
producir y consumir vino. Fiestas, conmemoraciones y comidas se
realizan entorno al vino y, con frecuencia, en nuestras casas
encontramos barriles,
botellas o copas.
La estrecha relación que une al legendario líquido con
los pueblos de esta comarca es incontestable: en vendimia, esta tierra
cambia su cotidianeidad por un intenso trajín que va desde muy
temprano hasta que el sol
comienza a caer. Hemos pasado de las mulas a los tractores, de las
galeras a los remolques llenos de uva, de las cuadrillas madrugando a
la sofisticada maquinaria de recogida, pero invariablemente las
imágenes relacionadas
con la uva y el vino conforman la estampa de los pueblos de la zona cuando llega el mes de septiembre.
La Mancha es la región que más kilos de uva aporta a la
producción española, disponiendo de la mayor
extensión de viñedo de todo el mundo. Grandes
cooperativas y bodegas han proliferado en estas tierras en las
últimas décadas, siendo algunas de ellas las mayores de
toda Europa (como Tomelloso o Socuéllamos) en cuanto a
producción se refiere. Sin embargo, en un tiempo en el que la
Unión Europea pretende reducir la cantidad de vino que se
obtiene, son las pequeñas bodegas de carácter privado
–que cuidan al máximo la elaboración-, las que
están asentándose dentro un mercado que demanda un
producto de mayor calidad.
Pero a la par que ofrecen unos caldos elaborados hasta el más
mínimo detalle, estas bodegas son mucho más: pretenden
aunar la belleza de los paisajes y los viñedos con los
diseños de edificios vanguardistas, explotar la mejor
gastronomía y la degustación de sus vinos, y unirlo a la
cultura, la historia y las tradiciones de la comarca en un
cóctel que da como resultado un producto turístico de
calidad que cada día gana más peso económica y
socialmente.
En nuestra Comunidad Autónoma, el enoturismo es una apuesta de
varios empresarios que está dando sus primeros pasos. Con ella
se da respuesta a un público que demanda un producto de mayor
calidad combinado con conocimientos técnicos e históricos
sobre las bodegas. Los orígenes de ligar el turismo con el vino
los encontramos en los valles de Napa y Sonoma, dos regiones de
California (EE.UU.). Allí son varias las décadas que
llevan ofertando a los visitantes cómodas estancias en
hoteles-bodega, catas de vino o visitas a los viñedos en las que
repasan la historia del vino (desde que en el S. XIX los primeros
misioneros españoles llevaran las primeras cepas, hasta la
elaboración de los caldos hoy en día).
Mientras que en países como Francia o Italia el turismo
enológico se ha hecho un importante hueco en el sector, en
España se intenta copiar ahora el modelo californiano. Son ya
más de quinientas bodegas de las diversas zonas
vitivinícolas del país las que aspiran a impulsar este
modelo.
En un tiempo en el que el vino ha ido adquiriendo protagonismo social
para convertirse en un producto que combina lo mejor de la
alimentación, con el placer y la cultura, las oportunidades para
las pequeñas bodegas se han multiplicado. Las bodegas de la
Denominación de Origen Ribera del Duero o Somontano, ya reciben
un notable número de visitantes y compradores directos de vino.
En La Mancha, un buen ejemplo de este tipo de iniciativa lo encontramos
a escasos kilómetros de Belmonte, en las Bodegas MontReaga.
Asentadas desde hace escaso tiempo en el término municipal de
Monreal del Llano, no sólo pretenden hacer unos vinos modernos y
de alta calidad, sino que pretenden ser un centro de referencia a nivel
nacional en lo que a la difusión de la cultura del vino se
refiere.
La
bodega ya impresiona desde su entrada, a la que se accede desde la
carretera nacional 420, que une a Belmonte con Mota del Cuervo. Desde
allí se empiezan a divisar los viñedos que están
plantados en diferentes zonas en función de su variedad de uva.
El majestuoso edificio alberga en diferentes salas todas las
instalaciones necesarias para realizar el proceso de elaboración
de los caldos. Además, dispone de cuidadísimos salones en
los que realizar reuniones, actividades de ocio y cursos de cata. Tanto
en cuestiones estéticas como en las relacionadas con la
producción, miman hasta el último detalle.
En cuanto a la elaboración del vino se refiere, “MontReaga
quiere ser una apuesta novedosa”, nos dice Juan Fuente,
enólogo de las bodegas. Por eso rompe con los estereotipos de la
elaboración tradicional y elabora vinos frescos, fragantes y
modernos. Busca la perfección en cada etapa del proceso, desde
la cepa hasta la copa.
El primer objetivo es disponer de una buena materia prima con la que
elaborar posteriormente el vino. Para ello, todos los trabajos previos
a la recolección de la uva son importantísimos. Se
comienza con el cuidado de la viña, algo fundamental; por ello
se limita la producción de uva realizando tanto podas de
invierno como podas
en verde, en las que se dejan madurar únicamente los mejores racimos.
Los controles de maduración, para determinar el momento
óptimo de madurez, se suceden en los días que preceden a
la vendimia. Ésta se realiza con máquina y siempre por la
noche. De esta forma la uva se recoge en perfecto estado y de forma
rápida. “Es algo muy cansado, pero aseguramos que la
vendimia se lleve a cabo a la temperatura idónea y con la uva en
estado óptimo de maduración”, afirma Juan.
Posteriormente, una esmerada selección manual permite eliminar
las partes indeseadas que acompañan a la uva, porque sólo
ésta sirve para elaborar el vino.
Así, con esta particular forma de trabajar se asegura que el
grado alcohólico, la acidez, la temperatura y el color sean
siempre los mejores, evitando así hacer correcciones e
incorporar aditivos. P
or
ello, en un futuro cercano, sus vinos obtendrán la
calificación de “vinos ecológicos”. Otro
aspecto importante para el éxito del proceso es el agua
utilizada para el regadío, que es tratada previamente en una
planta de ósmosis inversa. Asimismo, se intenta no desperdiciar
el agua, reutilizando siempre la sobrante del proceso.
Una vez obtenida la uva en su mejor momento, las bodegas disponen de
sofisticados equipos para realizar los procesos posteriores. Para la
máxima extracción del color, el sabor y los aromas de los
caldos, se cuidan en particular las etapas de fermentación
(alcohólica y maloláctica) y maceración.
Además, la tecnología de sus instalaciones permite
realizar al enólogo las operaciones que sean precisas para la
obtención del producto deseado. Una vez elaborado el vino, el
paso del tiempo será el que aporte nuevos caracteres. Para ello
se realiza una crianza en barricas de roble francés y americano,
etapa que además de enriquecer el vino lo prepara para una larga
vida en botella. La combinación entre los aromas afrutados y
frescos que aporta la uva junto con los comunicados por la madera
(especias, vainilla, coco, café,…) dan como resultado
unos vinos que surgen para garantizar el placer de aquellos que los
degusten.
Además de unos cuidados viñedos, tecnología de
última generación y una buena preparación de sus
técnicos para obtener los mejores caldos, bodegas MontReaga
dispone de un amplio y versátil complejo de salas y espacios en
los que realizar actividades que van desde los cursos de cata de vino
(que ofertan periódicamente en fines de semana) o visitas
guiadas de carácter técnico a las bodegas, hasta el
ofrecimiento de sus instalaciones
a entidades para que realicen sus cursos de formación, reuniones
de empresa, o comidas. Asimismo, el edificio central está
rodeado por amplios jardines para pasear y, en un futuro cercano,
dispondrá de un pequeño campo de golf como otra
alternativa más para disfrutar del tiempo de ocio en las
bodegas.
Pero esta apuesta por el vino de calidad y el enoturismo en la comarca,
sólo reforzaría su sentido si se aunaran los esfuerzos de
todos actores del mundo del turismo en la zona. Podemos afirmar que los
mimbres de los que se dispone son buenos: el número de viajeros
en Castilla-La Mancha en 2005 creció un 4,5 por ciento; y en lo
que se refiere a Belmonte, actualmente, al potencial turístico
de la zona (sustentado mayormente en el patrimonio
histórico-artístico) se le está uniendo una impo
rtante
infraestructura hostelera y, de la misma forma, son varios los
proyectos que en relación a la explotación
turística del patrimonio se están planteando. La
unión hace la fuerza y, por ende, resultaría preciso
coordinar esfuerzos de bodegas, empresas turísticas, industria
hostelera y responsables del patrimonio artístico de todos los
pueblos de la comarca. Iniciativas como los Caminos del Vino, que se
despliegan por pueblos cercanos a Belmonte como Villarrobledo,
Socuéllamos o Pedro Muñoz; o la Ruta de los Caballeros y
el Vino, en los Campos de Calatrava y Montiel, ya están dando
sus primeros frutos.
Aunque a priori la estrategia a seguir a nivel turístico parece
clara, en la práctica resulta algo más complicada: el
público al que va dirigido el enoturismo tiene unas motivaciones
determinadas (intereses, conocimientostécnicos,…) que lo
diferencian del viajero que recorre la zona con el afán de
conocer la historia y la cultura de los pueblos, al igual que es
diferente el turista que sale de ruta con el objetivo de descansar y
disfrutar sosegadamente de su tiempo de ocio; y así, cada
persona, un mundo.
De la capacidad para ofertar un producto turístico completo y
versátil, que atienda las diversas demandas e intereses de los
viajeros que nos visitan, dependerá el desarrollo de nuestras
tierras y sus gentes. Buenos mimbres hay. Y buen vino.
Elvira Rubio y Ricardo Cuevas
DIEZ AÑOS CAMINANDO JUNTOS
Ha transcurrido una
década ya desde que se fundara la A. C. Infante D. Juan Manuel
y, por ello, en este año, queremos hacer un alto en el camino
para celebrar el décimo aniversario de forma especial.
Además de estas conmemoraciones, hemos aprovechado las
páginas de “El Atrio” para hacer balance y
reflexionar acerca de las aportaciones llevadas a cabo por la
asociación hasta el momento, ver cómo es su
situación a día de hoy y cuáles son sus
perspectivas. Una mirada al pasado, al presente y al futuro de la
asociación.
Son cuatro las voces que dan respuesta a los interrogantes que
surgen al mirar el día a día de la asociación.
Para ello, hemos pedido a estos socios que respondan a tres cuestiones
referidas a la labor desarrollada en esta última década
por la asociación, a sus circunstancias actuales y a los caminos
que, en su sentir, debiera seguir la agrupación el día de
mañana. Todos ellos muestran sus inquietudes, opiniones y
recomendaciones desde diferentes posiciones, pero siempre con un
denonador común: la pasión por Belmonte.
Las cuestiones planteadas son:
- ¿Cuáles son, en tu opinión, las principales
aportaciones que la asociación ha llevado a cabo en estos diez
años?
- ¿Cómo crees que se encuentra el movimiento asociacionista en la actualidad?
- ¿Cómo ves el futuro de la asociación?
¿Cuáles serían las líneas para seguir
trabajando?
CARLOS GRANDE, socio

- Para no extenderme, señalaré dos aportaciones. La
primera es su propia existencia. Creo que es una riqueza para el pueblo
que un grupo de belmonteños y belmonteñas se unieran para
reflexionar y hacer partícipes a los demás de sus
preocupaciones e iniciativas sobre Belmonte y, de manera especial,
sobre su cultura y su patrimonio artístico. Tenemos que
reconocerlo y agradecerlo. La segunda es su permanencia. Con
frecuencia, los desencantos, las críticas y la falta de
colaboraciónque se espera de los demás acaban con la
ilusión inicial de muchos proyectos. No ha sido así en el
caso de El Atrio por lo que, hasta ahora, hay que contabilizarlo como
un logro y esperamos que así siga.
- Creo que estamos en un momento de auge del asociacionismo.
Belmonte es un ejemplo. Esto es un dato positivo, pero, como en todo,
hay que encontrar el punto medio; la ausencia de asociaciones es
síntoma de apatía y desinterés, mientras que el
exceso puede llevar a la fragmentación de esfuerzos con la
consiguiente pérdida de eficacia.
- Veo que estos diez primeros años son sólo el
preludio de otros y otros que vendrán después. La
asociación ha cambiado de equipo directivo: con el primero, el
fundacional, fue muy bien; y con el segundo, diríamos que es el
de la consolidación, también. Me gusta cómo se
trabaja en la revista y cómo está concebida. Los cambios
que se hayan de producir vendrán dados por la experiencia
más que por nuevos criterios u orientaciones. Lo único en
lo que yo insistiría es quetanto la revista como la
asociación se mantengan alejadas del partidismo político:
ambas deben estarcomprometidas con Belmonte, sin sujeción a ningún filtro ideológico.
INÉS VALVERDE, presidenta de la asociación

- La fundación de la asociación fue una iniciativa
muy importante para Belmonte, pues suponía la posibilidad de
aunar las voluntades de todos los belmonteños y simpatizantes en
una dirección común: la de preservar el patrimonio
históricoartístico del pueblo, y trabajar en su
difusión y enriquecimiento cultural. Durante estos años,
la asociación se ha preocupado por el cuidado del patrimonio
intentando mover conciencias a distintos niveles: llamando la
atención de los gobernantes en asuntos como la
restauración del castillo, y también la de los vecinos y
visitantes, en asuntos como la participación,la limpieza, etc.
Al mismo tiempo, ahondar en el conocimiento de nuestra historia y
difundir ese conocimiento ha sido otro de los objetivos. Lo hemos
desarrollado a través de distintas exposiciones que llamaban la
atención sobre aspectos o lugares de interés
(arquitectura civil o religiosa, costumbres tradicionales, personajes
influyentes...), de conferencias y jornadas como las dos desarrolladas
en colaboración con el CPR; también a través de
publicaciones como la guía del castillo. Y sobre todo
através la publicación de El Atrio. Me parece
también un logro importante la permanencia de una
publicación de estas características, con las
dificultades que supone, organizativas y económicas. El Atrio
alcanza ya su número 20, y se va enriqueciendo cada vez
más con aportaciones de socios, amigos y vecinos, que investigan
sobre Belmonte y su pasado, y que opinan sobre su presente.
Aunque al hablar de aportaciones es inevitable pensar en lo que
quisimos y no pudimos hacer, sí debemos sentirnos satisfechos
por mantener la presencia constante – con mayor o menor
intensidad, según las posibilidades – de la
asociación en estos años, a través de actos
culturales, publicaciones, concursos...prestándonos a ser
vehículo de puesta en común de las inquietudes de todos
aquellos que quieran trabajar con nosotros. En esta tarea no puedo
dejar de mencionar a Jesús Aragón, socio de honor del
“infante”, que generosamente nos cedió espacio en su
página web sobre Belmonte, magnífica carta de
presentación de nuestro pueblo.
- El asociacionismo suele aportar vigor y fuerza en el entorno en
el que se desarrolla. En Belmonte es destacable el número de
asociaciones en torno a distintos objetivos: culturales,
lúdicos, deportivos...Es muy positivo que existan tantas
asociaciones, y sería deseable que encontrásemos campos
para la actuación conjunta, en un objetivo que yo creo que nos
mueve a todos: el desarrollo y la promoción del pueblo,
considerando que el turismo – cultural, gastronómico,
festivo – es su principal valor para progresar.
Hay que señalar que es muy positiva para el asociacionismo la
creación del Consejo de Participación Ciudadana.
Esperemos que sea de verdad un vehículo de acercamiento entre
las asociaciones y el ayuntamiento, y un foro en el que expresar
opiniones que sean tenidas en cuenta en el gobierno local.
- Desde la Junta Directiva de la Asociación, veo el futuro
como un reto ilusionante: queda mucho por hacer y, de momento, las
fuerzas y las ganas no nos faltan. Actualmente, al frente del
“Infante” se encuentra un grupo de personas muy diverso,
con ideas a veces encontradas, pero con energías que se
complementan de manera satisfactoria cuando hay que trabajar y decidir.
Además, contamos con el respaldo de un gran número de
socios, de los que siempre recibimos con agrado sugerencias y
colaboraciones.
Queremos seguir trabajando en una línea parecida a la que ha
guiado la trayectoria de la asociación desde su inicio: cuidar
de nuestro patrimonio, desde la conservación y el estudio de
nuestra enorme herencia histórica y artística, y promover
actividades culturales para conocer y disfrutar de nuestra riqueza
cultural.
Un objetivo primordial es la sensibilización de los más
jóvenes, para que, a través del conocimiento, lleguen a valorar y a
querer su herencia histórica. La continuidad de proyectos como el de
nuestra asociación depende, fundamentalmente, de la búsqueda de savia
nueva que pueda tomar el relevo en la tarea iniciada.
También queremos
iniciar una serie de publicaciones que sirvan de referencia a aquellos
estudiosos o curiosos que quieran saber más sobre Belmonte; y también,
retomar proyectos ya iniciados, como la idea de convertir a Belmonte en
un aula abierta en colaboración con la Universidad, lo que hace ya
algunos años la Asociación le propuso al Ayuntamiento
JOSÉ MANUEL ZARCO, socio, ex presidente de la Asociación.

- La asociación llega a Belmonte en unos momentos en los que
la preocupación o interés por el mantenimiento de todo el
patrimonio de la Villa no estaba muy arraigadoen nuestro sentir como
belmonteños.
Tan acostumbrados estábamos a ver “esas piedras” que
parecía que nunca podrían perderse y que, por supuesto,
las instituciones públicasya velarían por su perfecta conservación.
Con esta carencia, la asociación se establece con un objetivo
fundamental: ayudar a divulgar ese patrimonio y al mismo tiempo
colaborar en la vigilancia del mismo. Pensábamos que así
lograríamos hacer renacer en Belmonte ese sentimiento por lo
nuestro entre sus vecinos, que tanto ha ayudado a levantar otros
municipios.
Gracias a la labor desinteresada de Jesús Dalmacio se ha
conseguido cumplir con ese objetivo. Su espacio en la red (a nuestra
disposición desde el nacimiento de la asociación) y su
página web (tan magistralmente confeccionada y perfeccionada
periódicamente) son el más claro ejemplo de la labor de
divulgaciónde nuestro patrimonio por el mundo.
Por otro lado cabe destacar, siempre desde la más absoluta y transparente independencia
política, el trabajo de vigilancia y asesoramiento que la
asociación comenzó a realizar con las instituciones
municipales para mejorar el estado de conservación y limpieza
del municipio y sobre todo de su casco histórico.
Otro gran objetivo con el que nació la asociación fue
fomentar en la medida de lo posible el desarrollo cultural de nuestro
pueblo junto con otras asociaciones que ya lo hacían en aspectos
como la música o elteatro. Así surgió la revista
El Atrio que, con grandes dificultades económicas, pues no
tuvimos demasiada suerte con las subvenciones en los primeros
años, intentó
conseguir dicho objetivo. Junto con la revista llegaron también
exposiciones, concursos literarios y de desarrollo de las artes
plásticas, mercadillos medievales, conferencias, campañas
para la defensa del Castillo difundiendo entre las distintas
administraciones su lamentable estado deconservación,
divulgación de nuestra rica cocina, etc.
Además hemos contribuido a fomentar el asociacionismo en
Belmonte junto con las demás asociaciones que afortunadamente
conviven en nuestro municipio.
- Siempre es deseable más participación en cualquier
iniciativa que se intente desarrollar en una comunidad. No obstante,
creo que Belmonte ha ganado en los últimos años y puede
sentirse satisfecho con el movimiento asociacionista que existe entre
sus vecinos.
Las distintas asociaciones están contribuyendo con el desarrollo
cultural del municipio. Esta labor debe ser fomentada y ayudada por las
distintas administraciones que pasen por el ayuntamiento, de ahí
la importancia de un órgano como es el Consejo de
Participación Ciudadana que puede aunar todo ese sentir para
trabajar en beneficio de Belmonte, siempre que se mantenga como
árbitro coordinador independiente sin intentar manipulaciones
políticas con las distintas asociaciones (cosa que a nuestros
políticos les suele costar bastante), que no
beneficiarían en nada a nuestro pueblo.
Como ya he expresado en alguna ocasión, no veo a nuestra
asociación con esa independencia clara y cristalina que debe
tener desde el punto de vista político. La relación
partidaria con la administración de turno puede contribuir a
perder de vista uno de sus objetivos como es la vigilancia de nuestro
patrimonio y, además, puede incurrir en la falta de
colaboración en otros proyectos interesantes para el pueblo que
puedan pasar desapercibidos por su procedencia.
- La asociación está haciendoun buen trabajo desde el
punto de vista cultural. Debe seguir haciéndolo y al mismo
tiempo conseguir que la participación de todos los
belmonteños sea más importante e intensa. Para ello ha de
trabajar por atraer a la redacción de la revista al resto de
asociaciones y vecinos, sus inquietudes e intereses son el motordel desarrollo cultural del pueblo.
Debe continuar velando, junto con las demás asociaciones que
así lo han demostrado, por el patrimonio en cuanto a aspectos
como la denuncia del estado del Castillo, la ejecución
indebida de obras dentro del casco histórico, la limpieza,
etc. Además debe apoyar todas las iniciativas que surjan en pro
del desarrollo turístico del municipio como una de las
garantías para el progreso y bienestar de nuestros
jóvenes y deBelmonte.
Creo que esta labor es más fructífera si la
asociación conserva la independencia a la que hacía
referencia anteriormente. Es importante para su futuro que la recupere
pues en caso contrario podría nacer un sentimiento de
desánimo entre sus socios, contribuyendo así a su
anquilosamiento y posterior desaparición. Creo que esto no
debemos consentir que ocurra puesto que es indudable la importancia del
trabajo realizado para Belmonte por nuestraasociación en estos diez años.
DAVID SIERRA, socio
- Destacaría la labor de concienciación social
llevada a cabo durante todo este tiempo por los miembros de la
Asociación. Se han promovido iniciativas para que los
belmonteños supieran cuáles eran sus potenciales
turísticos y cuáles eran las debilidades, siendo
éstas objetivo principal de trabajo para la mejora de Belmonte
como un destino turístico.
- Creo que la asociación continúa en la misma
línea que hace unos años, es decir, trabajando por y para
el pueblo, preocupándose porlos aspectos históricos y
artísticos no solamente del patrimonio cultural, sino
también por aquellos relativos a sus gentes y sus costumbres.A
veces los métodos empleados en el desarrollo de estas labores no
han sido correctos, quizás porque no han provocado el
interés suficiente en el resto de la población. Por eso,
es necesario pensar en otras alternativas que causen mayor impacto e
interés.
- Continuando con lo anterior, reitero la necesidad de crear nuevas
ideas entre todos. Una propuesta: impulsar un VERDADERO proyecto
turístico entre las asociaciones, ayuntamiento y demás
organismos, con gente cualificada y con ganas de trabajar. Se
deberían seguir manteniendo e impulsando aquellas actividades
como exposiciones, charlas o jornadas medievales. Pero la
asociación debe seguir siendo el medio, la voz, que traslade las
inquietudes de los que verdaderamente creemos que Belmonte puede ser un
potencial turístico de referencia, a quien corresponda.El
castillo ha sido siempre el referente turístico de Belmonte y
uno de los principales temas de interés y preocupación de
sus socios (como demuestran la gran cantidad de artículos
escritos y las manifestaciones populares), pero, ¿qué
ocurre con su entorno? Las murallas se caen, la suciedad y las pintadas
son cada vez mayores no sólo dentro del castillo, sino
también fuera. ¿Y el resto de monumentos? ¿Por
qué permitirnos que se sigan cometiendo atentados contra el
patrimonio artístico poniendo uralita, carteles publicitarios
metálicos u otros materiales donde no corresponden? En fin, que
serían muchos los puntos los que habría que tener en
cuenta. Y es que a veces la ilusión por trabajar y las ideas son
más poderosas que el dinero y la política.
ENTREVISTA A ...
JAVIER SOTO FITZ-JAMES/ REPRESENTANTE DE PROPIETARIOS DEL CASTILLO
“El proyecto que tenemos entre manos se ha convertido en un reto
que estoy seguro que vamos a coronar con éxito si la
administración nos echa una mano”
Con las últimas visitas a Belmonte y su presencia en las
jornadas que la A. C. Infante D. Juan Manuel organizó en abril,
Javier Soto Fitz-James se ha dado a conocer para muchos ciudadanos de
Belmonte. Con ello, pretende mostrar la solidez de su compromiso con el
castillo y el pueblo. Este gaditano de cuarenta años es el
encargado de llevar a cabo el proyecto de restauración y
promoción turística del castillo de Belmonte, que
pertenece a su familia.
Estudió hasta los dieciocho años en Jerez de la Frontera,
su lugar de nacimiento, para continuar sus estudios en Madrid, Suiza y
EE. UU., donde se licenció en Económicas y Empresariales.
A nivel profesional, trabajó en banca de inversión en
Nueva York, Madrid y Londres hasta el año 2000. Entonces vuelve
definitivamente a España después de
diez años en el extranjero para instalarse en Madrid. Casado y
con tres hijos (Mencía, Sol y Álvaro) reparte su tiempo
entre su familia y la empresa de servicios financieros que montó
en 2002, actividad a la que se dedica en la actualidad, además
de otros negocios. Su deseo es poder dedicarse muy pronto
también a desarrollar el ambicioso proyecto preparado para el
castillo de Belmonte. A pesar de su apretada agenda, nos ha hecho un
hueco para conceder esta entrevista en la que descubrimos un poco
más su ámbito personal y sus proyectos en Belmonte.
Pregunta: Seguro que conoces Belmonte desde hace muchos
años, ¿cuáles fueron tus primeras impresiones al
visitar el pueblo? ¿qué recuerdas de aquellas primeras
estancias?
Respuesta: Creo que mi primera visita a Belmonte fue de recién
llegado a Madrid con 18 o 20 años, ya que desde Jerez quedaba un
poco lejos para hacer visitas. Mi primera visita al castillo y al
pueblo deBelmonte despertó en mí un interés por
devolver al castillo algo de su esplendor pasado, pero antes de poder
dedicarme a eso tenía que ir a la universidad y trabajar mucho,
hasta la actualidad.
Ya desde mi primera visita las sensaciones fueron varias; la primera
fue la de admiración de tan magnífico castillo y
también de orgullo, al tratarse de algo familiar y que hicieron
mis antepasados. Inmediatamente después, la sensación fue
de tristeza e impotencia por el abandono al que estaba sometido el
castillo. La conclusión de esa primera visita y de muchas otras
que han seguido fue la de recuperar y restaurar el castillo a toda
costa; algo más fácil de decir que de hacer, pero esta
determinación ha estado ahí siempre.
Belmonte me impresionó por la cantidad de monumentos e historia
que encierra entre sus muros un pueblo pequeño pero con mucho
encanto, y desde el principio me pareció un marco ideal para
visitar y que la gente lo conociera. Además, el castillo jugaba
un papel muy importante en ese marco y había que involucrarse de
alguna manera en la
total recuperación del castillo con el impacto positivo que eso tendría para el pueblo y viceversa.
P: Y en lo personal, ¿qué supone para ti Belmonte y su castillo?
R: El castillo de Belmonte supone para mí un motivo de orgullo ya que forma parte de la historia de mi familia,
muy involucrada en la historia del pueblo de Belmonte.
Al mismo tiempo y desde que conocí el castillo por primera vez
sentí que como miembro de esa familia no podía permitir
que la situación de abandono del castillo continuara y
asumí como mi responsabilidad, junto a mi hermano y mi primo, la
de buscar soluciones. El proyecto que tenemos entre manos se ha
convertido en un reto que estoy seguro vamos a coronar con éxito
si la administración nos echa una mano.
P: Siguiendo con el castillo: la propiedad del mismo, a
través de Eugenia de Montijo, llega a tu familia,
¿cómo te conviertes finalmente en representante de los
propietarios?
R:Mi madre, Mencía Fitz-James Stuart, Condesa de Requena,
heredó el castillo de Belmonte junto con sus hermanos de su
padre, el Duque de Peñaranda y Conde de Montijo, mi abuelo. El
castillo ha pertenecido a la familia desde su construcción en el
siglo XV y se ha vinculado a la Casa de Montijo a través del
apellido Pacheco, apellido del Marqués de Villena que es quien
manda construir el castillo originalmente. Uno de los últimos
habitantes del castillo de mi familia fue Eugenia de Montijo, llamada
así por ser hija del Conde de Montijo ya que su título
era el de Condesa de Teba y por matrimonio con Napoleón III,
Emperatriz de Francia. La Condesa de Montijo fue su hermana mayor que
se casó con el Duque de Alba; mis tatarabuelos. Eugenia de
Montijo, al morir su único hijo, nombra heredero de sus bienes a
su sobrino el Duque de Peñaranda, segundo hijo de su hermana
Paca con el Duque de Alba, y uno de estos bienes era el castillo de
Belmonte. De ahí que en la familia Fitz-James Stuart, tanto en
la Casa de Alba como
en la de Peñaranda Montijo, propietaria actual del castillo, sea
tan popular el nombre de Eugenia. Con respecto al hecho de ser el
representante de los propietarios, es por causa de que mi madre es la
mayor de los hermanos Peñaranda y yo el mayor de mi
generación, por lo que la veteranía te lleva a asumir
algunas responsabilidades; dicho esto, mi hermano Hernando y mi primo
Hernando completamos la representación familiar y los tres
estamos involucrados en sacar adelante el proyecto de
restauración y gestión turística del castillo.
P: En los últimos años el edificio se ha deteriorado
considerablemente ¿qué medidas se hubiesen tenido que
adoptar? Y en la misma línea ¿por qué no se han
iniciado las negociaciones para su restauración anteriormente?
R: La gestión del castillo estaba cedida por mi abuelo el
Duque de Peñaranda desde 1959 al ayuntamiento de Belmonte con la
idea de reinvertir las entradas cobradas a los visitantes en la mejora
del castillo y si fuera necesario restaurarlo con algo de ayuda
pública; precisamente para eso se cedió el uso. Han
pasado 47 años y los responsables del ayuntamiento en todos
estos años no han sabido, o no han podido, llevar a cabo con
éxito dicha responsabilidad. Creo que si los distintos
ayuntamientos hubieran sido mas proactivos en una adecuada
gestión turística del castillo, este
hoy estaría en mejores condiciones. Algo se ha hecho, por
ejemplo el arreglo de cubiertas, las escuelas taller hicieron algo,
pero poco y por cierto, se marcharon dejando la chimenea del patio
desmontada. Evidentemente esto no ha sido suficiente y por ese motivo
decidimos tomar cartas en el asunto. Después de mi vuelta del
extranjero, mi hermano, mi primo Hernando y yo decidimos intentar
buscar una solución para el castillo y creemos que estamos a
punto de conseguirlo, aunque quede mucho trabajo por hacer. El
porqué de la no iniciación de las negociaciones antes es
algo que habría que preguntar a los anteriores alcaldes, ya que
insisto, la cesión está vigente desde el año 1959.
Bien es cierto que las ganas de hacer algo por parte de mi
generación en mi familia, y el alineamiento de intereses con el
ayuntamiento de Belmonte creemos que darán sus frutos. En
cualquier caso, hemos de mirar al futuro con optimismo y que el pasado
nos sirva de lección. Ahora hay un proyecto serio encima de la
mesa y creo que lo sacaremos adelante, solo que esta vez nos vamos a
ocupar personalmente de que la restauración se haga y de que el
proyecto turístico sea un éxito.
P: Con respecto a la responsabilidad en ese deterioro,
¿qué parte corresponde a las administraciones públicas y qué parte a la propiedad?
R: Según los documentos en nuestro poder, mi abuelo cedió
el uso del castillo en 1959 y el castillo por aquél entonces
estaba en buen estado según consta en el acuerdo de
cesión. Por lo tanto la responsabilidad ha sido de la
corporación municipal. En ese documento, el ayuntamiento se
compromete a restaurar y mantener el castillo en perfecto estado, cosa
que no se ha hecho.
Además, la propiedad ha permitido el uso del castillo y
aledaños para la celebración de fiestas populares, campo
de fútbol, etc. La corporación municipal de Belmonte ha
tenido 47 años para hacer muchas cosas y por las razones que
sean no ha podido. Pero insisto, creo que la oportunidad la tenemos
ahora, así que hay que aprovecharla y mirar para el futuro. Por
si acaso, esta vez estaremos presentes y espero que la
colaboración entre administración y propiedad sea
fructífera.
P: Desde hace un tiempo, se han retomado los contactos con el
ayuntamiento y otras administraciones para llegar a un acuerdo que
salve de la ruina al monumento, ¿en qué punto se
encuentran actualmente las negociaciones?
R: Si Dios quiere, firmaremos el convenio en los meses de verano. El
proyecto de restauración total del castillo es de cuatro
millones de euros, más un millón de euros para la
“fabricación” del producto turístico cultural
a ofrecer al público. Todo este dinero no puede venir de la
administración y estamos determinado la cantidad que la
administración podría poner como punto de partida para la
fase 1. El proyecto consta de las fases 0,1,2,3,4 y 5, aunque con la
finalización de la fase 1 se podría abrir al
público, lo cual ayudaría a la empresa gestora a
cofinanciar las fases de rehabilitación 2,3 y 4 ya que el
ayuntamiento seguiría solicitando ayudas hasta la
finalización del proyecto total. Es importante la cantidad de
“despegue” de la fase 1 ya que cuanto antes se abra al
público antes se podrán disponer de ingresos adicionales
para completar la restauración y complementar las ayudas de la
administración. Como ya anunciamos públicamente, la
empresa gestora estará dirigida por los Hernandos (hermano y
primo) y yo mismo.
P: Han sido muchas las ocasiones en las que el pueblo de Belmonte ha
mostrado su interés por el tema, ¿para cuándo
crees que se podrá hacer realidad el proyecto de
restauración?
R: En cuanto determinemos que la cantidad necesaria para completar la
fase 1 será aprobada por el Ministerio de Fomento. Ahora mismo y
según el arquitecto del proyecto, esa cantidad es de 1.977.000
euros. Si esta cantidad se hace un poco cuesta arriba para la
administración, tenemos que saber cuánto pueden poner
para empezar y ver si esa cantidad es suficiente para abrir al
público después de esa fase.
El papeleo y trabajo de técnicos y arquitectos llevará 6
meses y tendrá un coste inicial de 163.000 euros; acto seguido
podrán empezar las obras de la fase 1 que tal y como está
pensada ahora tardaría unos 18 meses. Estamos pendientes de
cuál será la cantidad inicial y de si esta será
suficiente para poner el proyecto en marcha. Arrancar cuesta y es donde
más hay que empujar. Si nos aprobaran el 1.977.000 euros,
empezaríamos este año, es decir todo el papeleo
técnico y proyecto básico que tardaría seis meses.
Andamios para principios de 2007.
P: Una vez recuperado el castillo, ¿a qué servicios se destinará?
R: El castillo ofrecerá al visitante un producto cultural que
básicamente contará la historia del castillo desde su
construcción y de Belmonte. Habrá salas tematizadas,
visitas guiadas, servicio de audioguía, salas dedicadas a
personajes destacados de Belmonte, etcétera. Además,
habrá instalaciones destinadas a la celebración de
exposiciones, eventos culturales y sociales.
P: ¿Se ha pensado en la coordinación con otras
entidades (bares, restaurantes, comercios…) y en aprovechar
otros recursos del pueblo (otros monumentos) para ofertar un proyecto
turístico más completo?
R: Sí, estamos pensando en organizar un centro de
información al visitante en el castillo; no sólo del
castillo en sí sino del pueblo en general. La celebración
de cualquier evento conllevará la utilización de los
servicios de hostelería y alojamiento disponibles en el pueblo,
por lo que es importante estar en contacto con estas entidades para
facilitar una buena coordinación en el caso de necesitar sus
servicios. En cuanto a aprovechar otros recursos turísticos del
pueblo creemos que es fundamental a la hora de ofrecer al visitante un
producto turístico de calidad que debe ser lo más
completo posible, y esto a pesar de que el monumento de más
relevancia sea el castillo; en el castillo se debe hablar de la
historia de Belmonte y esto incluye el resto de los monumentos y todo
el pueblo en definitiva.
P: En la misma línea,¿qué expectativas crees
que tiene el pueblo? ¿cual sería, en tu opinión,
la vía de escape para desarrollar el pueblo y conservar a sus
gentes?
R: Creo que las comunicaciones modernas están acercando cada vez
más las pequeñas poblaciones a las grandes ciudades y no
unidireccionalmente, es decir del pueblo a la ciudad, sino viceversa.
Ese intercambio cultural y de ocio es importante mimarlo y motivarlo
para que se incremente y Belmonte tiene los ingredientes necesarios
para que se produzca ese incremento de atractivo que garantizará
la supervivencia del pueblo.
Creo que la explotación turística del castillo y del
pueblo en general es vital para la conservación de sus gentes,
por eso necesitamos el apoyo de la corporación municipal y todo
el apoyo posible para sacar este proyecto adelante. Si conseguimos los
fondos necesarios para despegar y la administración nos sigue
apoyando para conseguir la total restauración del castillo,
estoy convencido de que el impacto para el pueblo de Belmonte va a ser
muy positivo a todos los niveles, tanto cultural como socio
económico; y además servirá de motivación
para que surjan otras iniciativas.
P: Y ya que nosotros somos una asociación cultural,
¿qué papel crees que debe jugar la promoción
cultura en ese desarrollo?
R: La base del proyecto turístico es la cultura y el
interés que motivará al visitante será cultural,
que es una forma de ocio como otra cualquiera.
Sin duda la promoción cultural será vital para el
éxito del proyecto y esa responsabilidad no recaerá
únicamente en los gestores del proyecto, sino en asociaciones
culturales como la vuestra y en todo el pueblo en general.
Me gustaría aprovechar la ocasión para ofreceros todo
nuestro apoyo y animaros a seguir con vuestra magnífica labor, y
por supuesto las instalaciones de castillo estarán a vuestra
disposición, ojalá que muy pronto renovadas y en perfecto
estado.
P: Sabemos de tu reciente paternidad (vaya desde aquí nuestra
enhorabuena), ¿para cuándo una visita con toda la familia?
R: Muchas gracias por la felicitación. De hecho estaba pensando
en bautizar a mi hijo Álvaro en Belmonte y de paso llevar a toda
la familia y amigos para que sirva de apoyo al proyecto que tenemos
entre manos. Si lo hacemos así, por supuesto que estáis
invitados.
P: ¿Te gustaría añadir algo más?
R: Muchas gracias por todo y espero que la entrevista ayude a
transmitir el interés que hay por nuestra parte no sólo
para rehabilitar el castillo sino para crear un proyecto
turístico de calidad y del que sin duda el pueblo de Belmonte
será gran beneficiario en todos los sentidos.
Ricardo
Cuevas
OTRA VERSIÓN SOBRE EL TOPÓNIMO BELMONTE
Belmonte: del Latín BELLUM (Vistoso), MONTEM, o del celta
BELENOS (Dios) y según Ricardo León en su obra
“Jauja” procede del fenicio “Baal Hamon”.
A lo largo de su historia se le ha designado por diversos nombres: Bellomontium, Belmot, Bellomonte, Velmonte y Belmonte.
E l nombre de Belmonte no se debe a una peculiaridad
geográfica, como diferentes autores han venido afirmando hasta
ahora, sino que a un hecho histórico. Esto pudo ocurrir durante
los siglos XI ó XII. Un caballero de origen francés de
nombre Beaummont, (Belmonte es la castellanización de este
apellido) bien pudo ser el origen del nombre de Belmonte, como
población.
El apellido Belmonte ha estado ligado desde sus comienzos a la
reconquista Española; así tenemos Belmontes en el antiguo
reino de Navarra, Aragón, en Asturias, en Andalucía al
servicio de los diferentes monarcas, ya sea estableciendo su linaje
como en Benicarló en Valencia, fundando pueblos como Belmonte de
Córdoba o participando en diferentes hechos de armas como las
Navas de Tolosa, la conquista de Córdoba, la de Granada, en la
batalla del Salado en la provincia de Cádiz. Alonso de Santa
Cruz nombra a Juan Belmonte como caballero al servicio de Alfonso XI,
alcanzando éstos diferentes mercedes, recompensas y
títulos de nobleza; un Belmonte es el Marques de Santa Rosa.
Durante el reinado de Alfonso VI, Alfonso VII y Alfonso VIII vinieron a
España innumerables nobles europeos, a luchar contra los
musulmanes. Bien pudo ser uno de ellos de apellido Belmonte, el que
reconquistara en nombre del rey de turno, la primitiva población
llamada durante su posesión musulmana “CHOZAR”,
(Belmonte y los Belmonte, Ensayo Geográfico-genealógico
de Ricardo Belmonte, publicado en el Boletín de la Academia de
Ciencias, Bellas Artes ...de Córdoba, 1975) y se le concediera
el privilegio de designar a la población con el nuevo nombre de
Belmonte, estableciendo su linaje en la población. Aunque, por
qué no, Belmonte también pudiera ser la antigua
población romana llamada Ala.ba ó Istonium (
Hispania/Lith.J.& R. Sulzer. publicado en Berlin por Ditereci
Reimrt.Kraata en 1893).
El linaje de los Belmontes aparece en diversos documentos de la historia de nuestro pueblo:
- En 1456, en el documento escrito sobre la reunión
celebrada entre los representantes del marqués de Villena con el
concejo de Belmonte para la construcción de la muralla del siglo
XV se hace la siguiente mención: “...estando ayuntados en
la sala de la dicha villa... e estando presentes en el dicho concejo
Luis Alfón de Belmonte, mayordomo e recabdador del muy magnifico
e virtuoso nuestro señor D. Juan Pacheco...”
- Alonso de Belmonte Alarcón (nacido en Belmonte) padre de:
- Antonio de Belmonte Granero Alarcón.- Ganó
provisión Real ante la Real Chancillería de Granada en
1732 padre de:
- Ana Antonio de Belmonte Ramírez Arellano: nacida en
1711 en Belmonte que casó en primeras nupcias con Diego Parrilla
y en segundas nupcias, el año 1337 en Belmonte, con Marcos
Francisco Girón de Zúñiga Loaysa y Cañizares
- Francisco José de Belmonte Ramírez Arellano: nacido en Belmonte, sigue la línea.
- Juan Antonio de Belmonte Ramírez de Arellano: nacido
en Belmonte, fue corregidor de Baza en 1753. En 1752, en el Catastro
del marqués de la Ensenada se hace mención, a un Alcalde
ordinario de Belmonte llamado Juan Antonio Belmonte.
- Alonso de Belmonte Ramírez de Arellano: nacido en
Belmonte, Presbítero, Chantre y Racionero de la Iglesia Colegial
de la villa de Belmonte.
- Francisco José de Belmonte Granero Alarcón Ramírez de Arellano: nacido en Belmonte, padre de:
- Alonso de Belmonte carrillo: nacido en Belmonte, sigue la línea.
- Ana de Belmonte Carrillo: nacida en Belmonte.
- Antonia de Belmonte Carrillo: Nacida en Belmonte.
- Alonso de Belmonte Carrillo: nacido en Belmonte en 1745.
Ganó Real Provisión de Nobleza ante la Real
Chacillería de Granada en 1779, 1781 y 1782. Alcalde por el
estado noble de Belmonte en 1787, padre de :
- María Paz de Belmonte y Castelar: nacida en Belmonte el año 1784.
- Josefa de Belmonte y Castelar:
- Mateo de Belmonte y Castelar: sigue la línea.
- Mariana de Belmonte y Castelar: Nacida en Belmonte el año 1784.
- Mateo de Belmonte y Castelar: Regidor de la Villa de
Belmonte el año 1805. Nació en nuestro pueblo el 21 de
septiembre de 1783. Diputado Liberal en cortes por la provincia de
Cuenca, falleció también en Belmonte el año 1855,
padre de :
- Joaquín de Belmonte Valcárcel. Nació en
Belmonte en e 9 de junio de 1813 y murió también en
nuestro pueblo en el 23 de Diciembre de año 1870
- Valentina de Belmonte y Valcárcel:
- María del Carmen de Belmonte Valcárcel.
- Santiago Federico de Belmonte Valcárcel: nacido en
Belmonte el año 1827.Coronel de Artillería, y
murió en Zaragoza el 23 de noviembre del año 1864. El
linaje de este señor estuvo en Belmonte hasta finales del el
siglo XIX.
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Bibliografía (entre otros títulos):
- Alfonso Núñez de Castro “Crónica de
los Señores reyes D. Sancho el Deseado, D.Alfonso VIII y
D.Enrique I” 1665.
- Hispania/Lith.J.& R. Sulzer. publicado en Berlin por Ditereci Reimrt.Kraata en 1893.
Miguel Ángel Vellisco Bueno
BELMONTE
Es habitual hablar de Belmonte desde la biografía de alguno
de sus hijos ilustres y revolver así en su historia para
admiración de propios y de extraños. En El Atrio, a pesar
de su corta vida, paisanos y amigos han publicado en este sentido
trabajos bien interesantes que ya en su día elogié.
Yo mismo en cierta época encontré placer en esta tarea
divulgadora quizás porque el recinto histórico invita a
la explicación de la propia identidad en una arqueología
sentimental.
En la misma medida que evolucionaba mi tiempo confieso que me fui
alejando de lo antiguo atraído paulatinamente hacia el Belmonte
actual. Por una historia viva en sus gentes, las que andan en estos
momentos por sus calles y a las que, para bien y para mal, las
condiciona su pasado. No es tarea fácil porque tiene un
componente grande de especulación. Son gentes que tienen que
vivir al lado de las piedras caídas, con costumbres,
hábitos y hasta defectos heredados. El belmonteño, desde
que nace a la observación de la realidad, aprende del urbanismo
que la grandeza de su pueblo estuvo en un pasado glorioso y
éstos sólo son vestigios. Es más difícil
hablar de esto inmediato, yo lo sé, y mucho más desde una
cierta amargura, pero los años prestan un cierto atrevimiento.
Podemos establecer que la gente en proceso de formación se
inclina a buscar modelos de conducta y así el joven gusta de la
historia, mientras el paso de los años por contraste nos lleva
al hombre vivo que se palpa en la realidad. Ser una familia venida a
menos condiciona y, cuando cada rincón del casco antiguo te
ofrece este mensaje, una pátina de tiempo se te incrusta en la
piel del alma y te acaba sacando un rictus gongorino. Sí, somos
intolerantes entre nosotros,
una intolerancia barroca, seamos humildes. Podemos ser enormemente
desagradables. Y al tiempo somos portadores de valores apreciables:
nadie como nosotros se adolecerá del miserable. Porque no todo
es negativo en lo vetusto, eso es en el primer encuentro; una vez
afianzados, se descubre como un tesoro la riqueza cultural que nos
antecede.
La gente joven se interesa por las vaquillas de la feria, lo veo ahora
en los foros de las Web; que Alcaldesa, tráelas, que si en la
Plaza del Pilar, que en la Plaza de Toros, que si sí que si no.
Y hasta puede que en esa edad te interese más la
discusión en sí misma que los propios toros; la necesidad
de formar identidad te conduce a formar criterio y a opinar sobre lo
que alcances, esto es de verdad lo joven.
Viene luego un tiempo en que te atraen los edificios y los
constructores y las obras de arte y lamentas los muros que se caen y
nada puedes hacer porque sintonizas sólo con un segmento de
afines; entonces es hora de hablar del Marqués o de Fray Luis el
agustino y de devorar la historia escrita; y descubres cómo
andando el tiempo vinieron otros señores que fueron pura
imitación y no aportaron nada, sólo repartieron. Ya digo
que yo también lo hice, a enredar en los papeles, que es oficio
noble, me refiero.
Por fin llega el momento, no hace falta que precisemos, que te sientas
y miras las torres y los pórticos de los palacios y sólo
contemplas sillares haciendo de fondo, porque sobre todo llevas un
paisaje intimista; es entonces cuando te empieza a interesar más
lo de hoy porque ya eres viejo, hablo desde mi experiencia. Y te das
cuenta de golpe cómo el pueblo medieval fue del marqués,
cómo las tierras incluían las gentes para trabajarlas y
lo que vino después, ya solo consistió en vulgares
intereses. Y ya no se ha enderezado en ninguna época ese reparto
desequilibrado de la propiedad, y nuestro pueblo llano, que se
constituyó en su mayor medida por los desposeídos, ha
estado siempre marcado por una falta de horizonte. No hay nada
más antidemocrático, en el sentido de convivencia, que el
plano catastral de nuestro término. Algunos con un cierto
tufillo a veces demagógico han divulgado los tantos por ciento
de la propiedad rural, lo de unos pocos con todo y casi todos con lo
poco. Yo creo de todas formas que tiene sus matizaciones y a veces
comprendo que hoy ante la demagogia no vibrarían apellidos
ilustres sino simples conmilitones. Sin embargo fijaos cómo en
nuestro pueblo no se dio en la contienda un gran auge de afiliaciones
extremistas, lo
cual es digno de considerarse. Nuestro azote vino de los pueblos
cercanos.
Hablo, pues, de una comunidad que vive en un casco
apolillado, en medio de un mensaje de que todo fue antes y de que ya
nada es posible.
De
gentes humildes que ocupan la mayor parte del callejero de la
emigración y nunca tuvieron tierras para salir adelante cuando
todo era la tierra. Ahora, ¿para qué?, se ha quedado a
trasmano de las rutas de hoy y no es fácil empujarlo. Algunos se
han distinguido por su mitin en el reparto de ciertas tierras al
más puro estilo de tiempos pasados, me refiero a la llamada
Fundación, pero nadie ha presentado un estudio serio que ofrezca
alternativa moderna a favor de la gente joven sin contradecir la
voluntad de la testadora. Con que vamos a ver, diría nuestro
abuelo, no es posible arrancar sin que nos ayudemos a nosotros mismos y
sin que confiemos en la ayuda. Está necesitado nuestro pueblo de
una plataforma de foro continuado de diálogo en que
debían emplearse sus instituciones en vez de llevar esta
energía al navajeo electoral. Los partidos pueden ser una
gran fuente de progreso o un disparate continuado de convivencia.
Atended a los sensatos, esa es la consigna. Me he encontrado esta
vez en Belmonte gente joven que está sentada ya madura,
pensando como si hubieran quemado etapas que no han quemado,
¿estaremos soñando? Va llegando lo nuevo.
Yo he fabricado mi pregón de ferias con todo este material en
las manos y me sorprendieron grupos jóvenes en torno a
la cultura; es un gran tesoro y un motivo de optimismo que
deposité corriendo en la alcaldesa. Angustias, ya ves
que me siento optimista con lo que veo, más o menos fue mi
frase.
Belmonte tiene alcaldesa por primera vez, que ya es una
premonición, pero como pueblo antiguo necesita tiempo para
acostumbrarse a que todo es ya distinto. Daría cualquier cosa
por explicar el contendido de mi pregón donde se me requiriera
en todos sus rincones y abundar en los mensajes que aparecen claros y
otros que andan sugeridos. Y poder aclarar, como ahora lo hago,
qué quiero decir con tal o cual cosa o qué pretendo con
tal ironía. Ojalá pudiera yo ver todavía otra
alcaldesa de la oposición sucedida sin trauma y aceptada por el
vecindario y consagrada en continuación laboriosa.
Y
lo más elemental, que como viejo, Belmonte está falto de
oído y no se ha enterado: que puede también en este
municipio, como en todo el país, ser alcalde y regir sus
destinos un tractorista o un empleado de servicios, o una
profesión liberal sin necesidad de enseñar otro
carné que el de la honestidad y el amor probado por el bien
común. Y la eficacia añadiría yo, que tenemos un
camino atrasado en este pueblo que no es capaz de recuperar cualquiera.
Acabo de hacer un estudio de la posguerra en la sociología de
nuestro pueblo. Es una novela para que nadie se ofenda y he querido
estudiar un personaje de la burguesía rural, de tantos como ha
tenido nuestro pueblo.
El franquismo acogió a las burguesías para hacerlas
evolucionar a otros planos. Las novelas tienen la ventaja
que mandan el mensaje sin producir deterioros, sólo intento
pellizcar el pensamiento. No pongamos apellidos, sólo
diré que mi rico protagonista estuvo en su vida segregado del
pueblo como siempre ha sido. Nunca hubiera elegido yo ser rico en esas
proporciones; dejando a los demás, no perteneciendo a las
miserias y a las alegrías de mi gente. Él tampoco lo
eligió. No es fácil, desafío a quien quiera, ser
rico de un pueblo y pertenecer al pueblo, aunque he visto algunos que
casi lo consiguen.
En Belmonte los altos burgueses se han quedado siempre muy distantes.
Hay ahora mismo propietarios de buen patrimonio de tierra que yo no
conozco y me creo que otros muchos tampoco. Con lo necesarios que son
los buenos empresarios y lo bien que nos vendrían tenerlos en el
casino jugando al tresillo.
Mi rico, el de mi novela, no se enteró del hambre de la
posguerra y, si tú no compartes el hambre, no compartes la vida.
Mi ricachón no compartió nada y no vivió; o al
menos vivió en menor medida, en tono menor respecto de
sus convecinos. No tuvo convecinos: si quiero describir Belmonte
como pretendo y cómo mi pueblo atravesó
los padecimientos, por fuerza tengo que ponerlo de contraste,
apartado y pobre siendo el más rico. Este es mi mensaje, no hay
un yo sin un tú, hoy está admitido. O de otra manera, no
se puede ser hijo de la Virgen sin ser hermano de sus hijos. Como
queráis. Nuestro pueblo ha tratado pocos amos y demasiados
testaferros ejerciendo de señores. Y no es lo mismo, ni mucho
menos.
La dictadura de Franco entre otras cosas nació de estas
diferencias. Fue en la disputa de no aguantar más y el miedo del
cambio donde se trabaron los ánimos y se llegó a la
crueldad que todos hemos reconocido. Nunca más una Guerra Civil,
nunca más una falta de diálogo. Aun rico nadie le puede
discutir su propiedad en nuestro estado de derecho, pero sí que
se segregue de la gente y deje al pueblo en manos de segundones.
Él lo pagará, que es lo que trato de decir en mi relato.
Ahora se discute en este país si se ha hecho correctamente la
transición. Pero la hemos hecho, ¿es que eso no cuenta?
No es poco que la hicimos. La hicimos de prisa por si no nos dejaba
tiempo el temperamento y algunas costuras se quedaron flojas, pero no
importa. Levanta miedos tocarlas; yo ya lo advertí, es el miedo.
La gente no es ni mala ni buena, es miedosa. Y el más rico es el
más miedoso, es elemental saberlo. En el saco del pobre ya
nocabe más miedo. Siempre los problemas son una falta de
información. Lo peor es asustarse y hacer un juicio del que
está enfrente; en este momento ya estamos embarcados. Y a veces
intervienen las armas. Y los hispanos que nos encendemos porque tenemos
el ánimo seco de una historia que es un secarral como la Mancha.
Intento con mi novela reflexionar sobre la posguerra y esto es lo mismo
que reflexionar sobre el franquismo, queramos o no. El fascismo no fue
acogido por el pueblo en ningún país, se acogieron a
él por miedo los ricos y lo acataron por miedo los pobres, era
la única forma de librarse unos de otros. Porque las que andaban
en lucha enconada eran las clases sociales, no las ideas, y eso es una
cuestión evolucionista. Una propaganda continuada hizo buenas
las formas. Siempre hay un salvador que se ofrece y todavía
quedan los que creen que el nuestro fue providencial. Otros no
entienden, lo reflejo en mi relato, que hubiera que perseguir a media
España para salvar a la otra media. Mi texto no opina. Pero es a
donde voy, el pueblo no asimiló la ideología.
Ningún burgués cantaba con gusto el ritual de los
caídos ni les apetecía compromiso alguno con los que
murieron. Fue la cosa de unos cuantos, entre los que se cuenta mi
padre y aún él rompió muy pronto; fue
nombrado alcalde en febrero y renunció muy disconforme en
noviembre. A mi padre lo quiero entrañablemente, al
político intento comprenderlo. Pero es difícil situarse
en cada época.
Pues eso, que nos asustó el final de la dictadura y de prisa
improvisamos improvisamos la Constitución con la UCD de motor. Y
que hay sectores amplios de este país que no se han acostumbrado
todavía. Y que no se dan cuenta muchos de que lo único
que nos mantiene en cohesión es la Carta Magna y yo opino en mi
humildad que la Monarquía de
Don Juan Carlos.
Juancarlistas dicen algunos. Otros no quieren guardar el gesto republicano por lo que pueda venir.
Por lo que me cuentan, en nuestro pueblo aún queda gente que no
se ha hecho a la idea de que unas elecciones son serias y hay que
aceptar a las urnas y que desobedecerlas es cortar amarras y quedarse a
la corriente. Es que en el país esto ya se sabe. ¿O no?
Me choca mucho que los partidos municipales no hayan hecho una condena
de los disidentes que no aceptan resultados y hacen uso de
un juego sucio desde el anonimato. Las buenas formas son importantes y
bloquear las instituciones es peligroso. Y más en nuestro
municipio lleno de ruinas, con necesidad de ayuda y con un castillo que
lo está pagando caro.
Yo quiero mucho a mi pueblo, no sé vosotros, pero por lo que
observo diría que igual. Y no lo cambio por nada, a pesar de que
me encanta el mar. Ysé que entre sus gentes se dan unos valores
humanos de los que no hemos hablado. Hoy era cuestión de lo que
está entorpeciendo la convivencia. Algún día
trataré si me lo permitís de cómo a pesar de estos
inconvenientes nuestro pueblo, ese galeón viejo recostado en la
arena, saca fuerzas y persiste. Yo lo quiero y estoy dispuesto por
él a lo que haga falta. Y soy consciente de que él sois
vosotros. Y os doy un consejo, qué mal suena, no hagáis
juicios temerarios contra nadie, de derechas o de izquierdas, ni
entréis en el error de juzgar al pueblo por algunos detalles que
se os presenten como mejorables. Yo no lo hago ni lo he pensado,
tardaremos en aprender pero aprenderemos. Lo peor es cuando nos creemos
superiores.
Todo esto se podría tratar en un programa de TV, qué
lástima, yo no he perdido la esperanza. Es un aula
económica la tele en que nos podríamos convocar
todos para hablar de nosotros, que en Belmonte estamos necesitados de
pensar juntos, de escrutar el pasado para hacernos idea del futuro.
Desde el ayuntamiento se conseguirá un foro, en ello estoy
confiado. Perdón por mi tono gris. Tiendo a hablar de lo que
duele porque ya no tengo mucho tiempo.
Un belmonteño de prestigio me dijo tras el pregón:
“Me han dicho que muy bien, pero que la mayoría no te
habrán entendido. Yo no fui, yo no voy a nada de lo que hacen
estos”.
¡Cuántas tonterías juntas en esta frase! La Virgen
de Gracia tendrá que ayudarnos si quiere que salgamos adelante.
Eustaquio Romero Almodóvar.
Torremolinos, junio de 2006
CONVERSACIONES CON FRAY LUIS
Invitada amablemente por E.F. a colaborar en vuestra revista, me lanzo
al agua, no muy segura de alcanzar la otra orilla. Acaso me
consideréis intrusa; soy una total desconocida para todos
vosotros, y yo misma me siento un poco “gallina en corral
ajeno”. Pero las promesas hay que cumplirlas, y prometí a
E.F. que lo haría. En cuanto al tema, al ofrecérseme un
abanico de posibilidades, he optado, lógicamente, por lo que
más me apetecía. Soy “devota” de vuestro
paisano, el hijo primogénito del abogado Lope de León e
Inés de Varela, Luis de León, Fray Luis. Y con él
voy a tratar de charlar un rato; espero que me disculpe el atrevimiento.
Admirado maestro, vivimos hoy con demasiadas prisas; no puedes
imaginarte; el estrés (¿lo conocíais entonces?)
está a la orden del día. Desde la víspera
programamos lo que al día siguiente hemos de hacer. Ya de buena
mañana, nos damos cuenta de que el tiempo no nos va a dar para
tanto como quisiéramos llevar a cabo. Y eso que disfrutamos de
la jubilación, sin horarios, ni obligaciones serias, pero...
parece que nos las fabricamos. Claro que el callejear por una ciudad
sorteando coches, bicicletas, patinetes y semáforo va,
semáforo viene (Ah, claro, tú no los padeciste –
disfrutaste; pero como dominabas el griego, ya sabes:
“sema”, señal, “foro”, que lleva; ya te
haces idea), no es como estar disfrutando en La Flecha, aquella
estupenda finca que los agustinos poseíais en las afueras de
esta mi ciudad,
Salamanca, y que te inspiró una de tus más famosas odas:
¡Qué descansada vida
la del que huye del mundanal ruido
y sigue la escondida
senda por donde han ido
los pocos sabios que en el mundo han sido!
Pues es verdad, amigo Fray Luis. ¿Dónde estará esa
escondida senda? Porque, te aseguro que, si la encuentro,
allá que me voy.
Y no digo nada del afán por destacar, por salir en la prensa,
por figurar como famosoa, por estar en candelero (candelabro no, por
favor), por salir en televisión (de nuevo apelo a tu dominio de
las lenguas clásicas para que te hagas idea de qué es el
aparatito ese), aunque sea aireando trapos no demasiado limpios, que si
son íntimos, deberían quedar en el terreno de lo privado,
digo yo.
No cura si la fama
canta con voz su nombre pregonera,
ni cura si encarama
la lengua lisonjera
lo que condena la verdad sincera.
(Ya sé que empleas “cura” en el sentido de
“cuida”, “preocuparse de”). Cierto. Lo a gusto
que se vive pasando desapercibido; dedicándote a tus cosas, que
si son tuyas, no tienen por qué ser también del vecino.
Naturalmente, sin olvidar a los que pueden necesitar nuestra ayuda.
No digamos lo que apetece ostentar un cargo, y si es político,
mejor; tiros hay por ello. Mira, maestro, yo debo ser un bicho raro,
porque, te confieso, los cuatro años en que ocupé un
cargo medianamente público (en un pueblo) no fueron los mejores
de mi vida; interesante como experiencia, sí, mas no lo
repetiría por nada del mundo; ni siquiera por la
satisfacción de saber que la mayoría de mis paisanos me
eligió; se lo agradecí en el alma, procuré
servirles, y punto.
Y mientras miserablemente
se están los otros abrasando
con sed insaciable
del peligroso mando,
tendido yo a la sombra esté cantando.
Y tan peligroso, que me lo digan a mí. Por cierto, cambiando de
tercio, querido profesor (¡Ah, si hubiera tenido la dicha de
escuchar tus lecciones!) el encabalgamiento de los versos uno y dos de
esta lira es de campeonato. ¡Cómo sabías
trasladar al papel el ímpetu de tu fogoso espíritu!
Eso es, a la sombra, en verano, tan a gustito. Qué manía
la de “turrarse” al sol, exponiéndose al
cáncer de piel. A la sombra, tendido, relajado y cantando;
cantando suavecito, para uno mismo, disfrutando de la naturaleza y de
la música. ¡Qué gozada tu Oda a Salinas, maestro
músico invidente:
El aire se serena
y viste de hermosura y luz no usada,
Salinas, cuando suena
la música extremada
por vuestra sabia mano gobernada!
Y cómo el escuchar su música te llevaba a la
contemplación de Dios. Por cierto que, en mi modesta
opinión, siempre he estado en desacuerdo con lo que
doctísimos críticos literarios afirman: que tu exceso de
intelectualidad te privó de experimentar el éxtasis
místico. Entonces, ¿por qué lo describiste tan
bien?
Aquí el alma navega
por un mal de dulzura, y finalmente
en el ansí se anega
que ningún accidente
extraño o peregrino oye o siente.
Y luego las calificaciones, tan acertadas, para un fenómeno que
sobrepasa los límites naturales de nuestra comprensión:
“desmayo dichoso”, “muerte que das vida”,
“dulce olvido”...En cuanto al exceso de intelectualidad, no
creo que para recibir el regalo que debe suponer el comunicarse
directamente con la divinidad haya que ser escaso de luces;
ni Teresa de Jesús ni Juan de la Cruz lo fueron. En fin,
tal vez mi punto de vista en esta cuestión peque de atrevido;
pero ése es mi criterio. Me haría ilusión pensar
que lo compartes.
Retomando la hebra que dejé suelta por algún lado.
Qué a gusto se vive sin ocuparse de los demás, si no es
para ayudarles. Siempre que a uno lo dejen tranquilo; porque si
destacas por algo bueno, ¡pobre de ti!
Aquí la envidia y la mentira
me tuvieron encerrado.
dichoso el humilde estado
del sabio que se retira
de aqueste mundo malvado.
Y con pobre mesa y casa
en el campo deleitoso
con sólo Dios se compasa,
y a solas su vida pasa
ni envidiado ni envidioso.
Anda, que no te hicieron sufrir por pura envidia. Alguien ha dicho que
es el peor de los pecados capitales, porque en los demás siempre
hay su parte de disfrute, tengas luego o no remordimientos, pero en la
envidia, ni eso. Pues esa fue realmente la causa de tu prisión:
el que eras un sabio, un gran profesor, el que los alumnos te
apreciaban y tantas cosas más fueron la causa real de que te
encarcelaran; la aparente, la indiscreción de la monjita: que
también se necesita ser pava (perdón, rever
enda
Comendadora de Santiago, pero es que, sabiendo cómo se las
gastaba la Inquisición, y con la prohibición expresa de
traducir los textos bíblicos al “roman paladino”,
pedirle a Fray Luis que lo hiciera para vos,
conociendo a mi pueblo, o sea a merced de cualquiera, es pasarse de
descuidada). El resultado fue que tuviste que aguantar en la
cárcel tres años cumplidos. Sí, al cabo de ellos,
te declararon inocente. Abuenas horas, digo yo.Nos quejamos de la
lentitud de la justicia actual, pero parece que ha sido un mal
endémico. En fin, tú ya disfrutas de lo que anhelaste:
Aquí vive el contento,
aquí reina la paz, aquí asentado
en alto y rico asiento
está el amor sagrado,
de glorias y deleites rodeado.
Inmensa hermosura
aquí se muestra toda y resplandece
clarísima luz pura,
que jamás anochece;
eterna primavera aquí florece.
Intercede para que quienes todavía andamos sorteando
obstáculos por este mundo podamos algún día
compartir contigo tanta maravilla. Y perdona la osadía, fruto de
mi admiración por ti.
María Dolores Alonso de Salas
Salamanca, 17 de mayo de 2006
HISTORIA DE LOS PUEBLOS
Al hablar de los pueblos es frecuente escuchar afirmaciones del tipo
de “todos formamos parte de su historia”; hecho que pocas
personas se atreven a cuestionar, dando por sentado que tal
aseveración es más que cierta. Algo parecido sucede
cuando proclamamos que “todos vivimos de esa historia de los
pueblos”. Y sin embargo, en este segundo caso sí que
podemos decir que son pocos los que realmente se dan cuenta de que
nosotros somos, en la mayoría de las ocasiones, sus
auténticos protagonistas; protagonistas anónimos que con
nuestro quehacer diario vamos haciendo-construyendo esa historia o, en
contadas ocasiones, protagonistas con nombres y apellidos. Unos y otros
van llevando el peso de su lenta y progresiva evolución, pero
que con el transcurrir del tiempo, lamentablemente, irán
quedando en el olvido. Pobre memoria colectiva aquella en que las
gentes de los pueblos desdeñan esa gran verdad, esa realidad,
pues somos sus únicos y auténticos PROTAGONISTAS.
Ortega daba gran importancia a la idea de vivir en la historia, hasta
el punto de que lo consideraba un requisito de racionalidad. Si de
verdad queremos vivir en la historia dos son, para Ortega, las
condiciones imprescindibles que debiéramos tener presente.
Primero, ser capaces de valorar en su justa medida la herencia
recibida; herencia que siempre se recibe acumulada y engrandecida por
el desinteresado esfuerzo de las generaciones anteriores y, sobre todo,
por esos protagonistas anónimos a los que antes aludía. Y
segundo, lograr implicarnos de forma desinteresada y solidaria para con
nuestro trabajo cotidiano, conscientes de la importancia de esta
generosa implicación diaria, llegando a ser una parte
imprescindible en ese eslabón de producción conjunta que
lleva a nuestro entorno, a nuestro pueblo, hacia metas más
favorables.
Deberíamos ser conscientes de estas dos premisas o realidades
(llamémosle como queramos), pues quizás sea éste
el único camino para adquirir una visión mucho más
lúcida y acertada de nuestro papel como ciudadanos y
cómplices de una colectividad con la cual nos sentimos
identificados, al tiempo que comprometidos, además de
encontrarle un sentido mucho más profundo y humano a nuestro
trabajo diario, sea éste cual sea. Quizás este esfuerzo y
sentido de ayuda colectiva refuercen tal papel, y no sólo de
ciudadanos, también el de padres y madres, cuando así
corresponda; al tiempo que nos ayude a comprender y facilitar una mayor
colaboración, tanto con los responsables públicos de la
localidad, como con los educadores y docentes en los centros educativos
de la misma. Es de este modo como nuestra colaboración adquiere
sentido de compromiso y responsabilidad (para los demás y para
nosotros mismos, también para nuestros hijos) y le da
significado en sí misma.
Tal vez sea la escuela la institución en donde mejor se puedan
transmitir a nuestros niños y adolescentes estos valores, y lo
digo desde una visión, cuando no posición,
pedagógica que asumo. Actitud pedagógica que debiera
tener un doble objetivo, transmitir conocimiento (en este caso, en el
mundo del arte y la cultura), al tiempo que alentar valores de respeto
y cuidado por la riqueza cultural y artística de un patrimonio
recibido, como es el de Belmonte. En este sentido, el carácter
educativo lleva implícito un valor añadido de tipo
preventivo, que se manifestará en una mayor protección y
cuidado a nuestro entorno; valor altamente devaluado y demandado en la
sociedad actual, y no sólo por los educadores, al que
nuestro pueblo no es ajeno. Pensemos que la educación es la
herramienta principal para preservar el valor patrimonial de
nuestro pueblo. Y sin embargo, la educación está
encontrándose cada vez con más barreras que la frenan en
el impulso de transmisión de estos valores. Uno de esos
obstáculos se encuentra en los propios intereses de la sociedad
del momento.
Barman califica la época actual de modernidad líquida que
diluye todas las categorías y valores tradicionalmente
tenidos por sólidos y estables y que deja a la persona
huérfana de sentido, sin saber a qué atenerse. Nos inunda
un hedonismo social de corrientes con graves carencias consolidadas y
excesos de apremios consumistas, donde todo vale y donde el menor
desconoce los tiempos de espera, donde la emotividad se impone a la
razón, la impulsividad al pensamiento creativo y reflexivo, la
frustración –o su falta de tolerancia- a la
satisfacción por lo bien hecho y donde eldeseo ha
eclipsado al deber. Actitudes que resultan mucho más
apremiantes aún en nuestros jóvenes y adolescentes. En
palabras de Pedro Núñez, defensor del menor de la
comunidad de Madrid, se está dando en nuestra sociedad una
banalización de la violencia, al tiempo que un excesivo
consumismo que se están llevando por delante las relaciones
humanas, impidiéndosenos ver incluso si nuestra sociedad es
realmente feliz.
Ante esta situación todo se vuelca a la escuela, como
institución capaz de dar respuesta a estos y otros problemas.
Y la propia escuela se encuentra limitada, máxime cuando falla
uno de los pilares básicos en el proceso de educar, como es la
familia. En el contexto educativo, pareciera que los albores del nuevo
siglo han abierto aún más si cabe la falla entre la
familia y la escuela, potenciándose un diálogo de sordos
en el que se resiente la comunicación y el entendimiento, la
transmisión de la información y la fluidez de las
relaciones; a la que el contexto social actual, por otra parte, nada
contribuye. En los años 50 y 60, nuestros padres, labriegos de
sol a sol, se empecinaron en llevarnos al colegio de la Villa para que
nos labráramos un futuro mejor, liberándonos de la dureza
de la tierra y el arado, conscientes y seguros de que solamente a
través de la cultura y la educación seríamos
capaces de relevarnos del yugo y forjarnos “un futuro
mejor”.
Hoy día contemplamos con tristeza cómo crece el
número de padres dimisionarios, en tanto que diluyen su
responsabilidad en las exigencias a la Escuela, pero dispuestos a
desautorizar al maestro, cuando sea menester, frente a la
rebeldía del “aupado” hijo. Padres que han
abandonado y dejado todo el peso de la consecución de los
objetivos educativos y sociales de sus hijos en manos exclusivas de los
maestros y de unas redes sociales juveniles cada vez más
inmaduras, débiles y confusas, que en nada contribuyen a forjar
un clima sensible a las necesidades adolescentes. Padres que han
delegado en la escuela todo menos, lo más importante, la
confianza. Confianza y respeto por el trabajo de los maestros para con
sus hijos; algo que sólo se consigue potenciando las relaciones,
mejorándose las cotas de diálogo y participación.
Vivimos en una sociedad muy poco participativa. Las asociaciones, sea
cual sea su tipología (culturales, de vecinos, etc.), necesitan
una fuerte revitalización. Así, en el terreno escolar,
vemos que la participación de las familias es muy escasa. Si
exceptuamos una minoría, las madres y padres tienen muy poco
protagonismo, con lo cual se resienten las finalidades propias de la
escuela, las cuales han de estar vinculadas al interés general y
comunitario de la sociedad. Por poner un solo ejemplo, dinamizar en
nuestros centros educativos las Escuelas de Madres y Padres es, en la
mayoría de las ocasiones, una tarea inaccesible. Ante esta
realidad, el proceso educativo de nuestros hijos se puede encontrar
debilitado desde sus inicios, por lo que una de las vías para su
fortalecimiento sería potenciar la colaboración y
participación de las familias. No olvidemos que escuela y
familia son, sin lugar a dudas, el espacio fundamental para educar en
la ciudadanía.
Pero la culpa no es toda de la familia, la propia escuela tiene una
gran responsabilidad para reconstruir los puentes de diálogo
entre ella y la familia. La escuela puede tener también un papel
importante en la dinamización y mejora del asociacionismo. Si
potenciamos la participación de los padres y madres, si
favorecemos la implicación de nuestro alumnado en el trabajo en
equipo y las relaciones de grupo, dinamizando actividades asociativas
en las que ellos y ellas puedan implicarse, entonces seguro que
habremos avanzado en la parcela de la corresponsabilidad.
Y a pesar de todo, sólo veo un camino. La información
debe ser facilitada a los usuarios, el arte debe ser conocido por todos
los miembros de la comunidad, especialmente los más
jóvenes. En este sentido, la escuela juega el gran papel de
asumir la mayor responsabilidad a la hora de transmitir nuestro arte,
de facilitar su cocimiento y de instaurar valores que ayuden a
preservarlo; pero no es, ni debe ser la única. La familia y la
sociedad no pueden quedar al margen de este proceso (ya he comentado
antes los problemas de este divorcio). Y en esto da la impresión
también de que cada una de estas tres instituciones camina por
distintas vías. En la medida en que podamos acercar y hacer
coincidir los caminos será mucho más fácil lograr
esos objetivos antes señalados. Se precisa un mayor esfuerzo por
parte de todos para enseñar a apreciar y valorar la belleza del
pueblo, sus monumentos y paisaje, para inculcar el
amor por lo nuestro y poder avanzar en su preservación.
Debemos avanzar en la necesidad de preservar y cuidar el patrimonio, y
debemos avanzar sin olvidar nuestras raíces, pero no debemos, ni
podemos, quedar anclados en la historia y el pasado. Hablamos, por
tanto, de una doble actitud que pretenda, por un lado, proteger lo
recibido, en términos culturales-artísticos y, por otro,
adaptarnos a la realidad socio-económica actual. Se
trataría, a mi entender, de posibilitar la máxima
recuperación patrimonial posible al tiempo que potenciar un
desarrollo económico adecuado a las necesidades y demandas
sociales, cuidando y protegiendo al máximo los espacios.
Quiero pensar que nuestro pueblo está perfectamente preparado
para luchar por su legado cultural y que su juventud está
suficientemente formada en el respeto, valoración y cuidado por
su riqueza patrimonial. Si antes hablé de las dificultades,
mayores cada vez, para la participación e implicación en
las dinámicas sociales actuales, también he de confesar,
con sano orgullo, que tenemos una de las comunidades más
dinámicas y colaboradoras de nuestra geografía; prueba de
ello son las variadas y múltiples asociaciones y agrupaciones
culturales juveniles y adultas que actualmente participan en numerosas
actividades en Belmonte.
Quiero creer que esta Villa está lo suficientemente madura para
cumplir esos dos preceptos de los que hablaba Ortega: nos sentimos
preparados para valorar y asumir la herencia recibida y nos vemos
implicados, no sólo con nuestro trabajo diario sino con nuestro
esfuerzo y empeño colectivos, por mantener y enriquecer ese
patrimonio cultural adquirido.
Juan Antonio Zarco Resa
IMÁGENES PARA EL RECUERDO
- Primera Comunión en 1.936.
[Fila de arriba y de izquierda a derecha: 2- Jesús, 3- Pedro
Barón, 4- Feliciano, 5- José Grande, 6- José Ruiz,
7- Manolo. Fila de abajo: 1- Miguel Parra, 2- Pintarra, 3- Lucas, 4- Luis Martínez, 5- José Resa, 6- Adolfo
Monreal.] (Imagen cedida por José Grande)
- Procesión de San Antón (Imagen cedida por Domingo Campos)
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